Blair, a la espera de juicio

Madrid

El ex primer ministro británico Tony Blair pidió perdón esta semana “por el hecho de que la información de inteligencia que se recibió respecto a Irak estaba equivocada”. El problema nunca fue ese. El problema, mucho más grave, es que la información de los servicios de inteligencia británicos y norteamericanos nunca fue unívoca y que hubo fuentes y especialistas de inteligencia que advirtieron de que no existían pruebas de que Sadam Hussein dispusiera de armas nucleares. Ese es el centro de la cuestión y eso es lo que Blair intenta tapar: pudo tomar otra decisión porque dispuso de información suficiente para ello y si no lo hizo fue o bien porque cometió, él y no otro, un espantoso error de juicio, o bien porque optó por dar más relevancia a las informaciones que se acomodaban a sus intereses y a su deseo de satisfacer al presidente Bush.

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¿Por qué ha aparecido ahora Blair con esta confesión a medias? ¿Le abruma lo ocurrido? Es posible, pero desde luego parece más probable que Blair esté simplemente reaccionando por adelantado al famoso informe sobre la invasión de Irak encargado en 2009 a Lord Chilcott y que debe estar a punto de hacerse público, después de varios aplazamientos. Así que aunque en la entrevista, el ex primer ministro británico asegura solemnemente que está preparado para el juicio de la Historia, con mayúscula, es posible que no esté muy dispuesto a someterse al juicio de la comisión de investigación.