El tres per cent siempre estuvo ahí

Madrid

El famoso tres per cent ha vuelto a escena después de las elecciones catalanas y en medio del proceso de formación de un nuevo Parlamento y un nuevo gobierno. Bueno, de hecho, el famoso tres per cent nunca ha desaparecido. Siempre ha estado ahí, incluso cuando Maragall lo denunció en el hemiciclo y todo el mundo miró hacia otro lado. El tres per cent parece que ha formado parte de la manera de hacer política de Convergéncia durante todos sus años de mandato, y aunque Artur Mas quiera enterrarlo es como un corcho que siempre sale a flote.

Hoy ha sido detenido el actual tesorero de Convergéncia Democrática de Catalunya, con él un cargo del gobierno catalán, otros miembros del partido y algunos empresarios. Lo que Artur Mas define como caza mayor. Porque el presidente en funciones que ha conseguido que la corrupción que salpica a su partido no haya afectado a sus aspiraciones presidenciales, ni haya afectado para que otras fuerzas, antes desde la oposición críticas con esta corrupción, ahora le apoyen hasta el final, sigue atribuyendo el 3 per cent a una campaña contra él, contra su partido, pero, sobretodo, contra Catalunya.

Cuando estalló el caso Banca Catalana, Pujol lo convirtió en el caso de todos los catalanes, en un ataque a todos los catalanes. Fue buen maestro Pujol y Mas, alumno aplicado. La persecución judicial de la corrupción en su partido nada tiene que ver con las legitimas aspiraciones independentistas de miles de catalanes, pero sería importante que estos miles de catalanes supieran diferenciarlo. La corrupción no tiene nacionalidad ni entiende de emociones independentistas, aunque Mas se sirva de ellas.