¿En nombre de quién hacen lo que hacen?

Madrid

Es lógico que estemos todos inmersos en Cataluña y sus muchas variantes. Cómo no estarlo cuando el presidente del Gobierno que impulsó las imputaciones de Artur Mas y otros dirigentes catalanes, que le costó la dimisión del entonces fiscal general, Eduardo Torres-Dulce, hastiado de recibir órdenes, tenga ahora el cuajo de decir que el Gobierno no tiene nada que ver con el asunto. Hay que ser desahogado.

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Con todo, no quisiera este Ojo dejar sin comentar otras canalladas que se cometen día sí y día también. Conviene leer o escuchar dos o tres veces la tremenda historia de la niña Andrea Lago, obligada a malvivir y malmorir por unos médicos que observan, impávidos, esa agonía sin fin. No tienen suficiente con la desesperada llamada de sus padres ni con los informes del Comité de Ética. Ellos, y la consejera de Sanidad de la Xunta, han decidido, porque sí, que Andrea y sus padres sufrirán hasta que a ellos les dé la real gana. ¿Para cuándo abordar en serio un debate sobre la eutanasia, ya regulada en muchos países?

Mientras, el compañero de partido de la consejera, el inefable ministro del Interior Jorge Fernández Díaz ha condecorado a la Virgen de los Dolores. Ya lleva tres: antes lo fueron la virgen del Pilar y Nuestra Señora María Santísima del Amor.

¿En nombre de quién hacen lo que hacen?