Y el lunes, de nuevo, se impondrá la tarea de hacer política

Madrid

En poco más de sesenta horas todos conoceremos los resultados de las elecciones catalanas. Nada se puede hacer ya con tan escaso margen que no se haya intentado. Así que les propongo dos planes para este fin de semana.

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Uno, el ya conocido relájate y disfruta: playa, montaña, cine, teatro, discoteca, fútbol o, simplemente butacón y serie favorita de televisión, o butacón y libro. Porque no se engañen, por mucho que agiten y barajeen las encuestas, nada nuevo le van a revelar sobre los pronósticos ya hechos.

Pero si las elecciones les tienen en un suspiro, opten por el segundo plan que les propongo. Simplemente piensen en el lunes por la mañana y traten de inventar fórmulas que ayuden a paliar los daños que ya han causado estas elecciones, sean cuales sean los resultados. Busquen lenitivos para el dolor y vendajes para las heridas, porque las consecuencias, si no se controlan con inteligencia, pueden ser tremendas. Dado que Artur Mas ha ganado la batalla de las plebiscitarias, los resultados solo nos van a demostrar que dos millones de catalanes –escaño arriba, escaño abajo- están a favor de la independencia. Tal cual. Con ese hecho, insalvable, tendrán que bregar unos y otros.

El lunes se reinicia el tiempo de la política, disciplina algo más compleja que afirmar que un vaso es un vaso y un plato es un plato.