Quizá haya que pensar qué hacer con las leyes a partir del lunes

Madrid

En dos horas acaba la campaña electoral. Se acabó, no tendremos que soportar más la lluvia incesante de amenazas, tonterías, gestos absurdos, desafíos. El domingo los catalanes van a votar con todo el ruido metido en sus oídos. Cada uno elegirá su opción y cada uno lo hará por el motivo que sea. Incluso cada uno imaginará lo que se puede hacer con su voto. Una Catalunya independiente, un instrumento para negociar una nueva relación con el estado, un apoyo para que nada cambie, una petición para que se emprendan las reformas de la Constitución... cada uno sabrá el porqué de su elección.

Las encuestas hasta ahora dan una clara victoria de la lista soberanista, la lista de Mas para entendernos, a mucha distancia de la segunda elección. Lo de la mayoría absoluta o no, se verá el domingo pero pase lo que pase con esta mayoría no se podrá ignorar a los ciudadanos que habrá detrás de la lista más votada. Luego se podrán hacer las interpretaciones que se quiera , pero de alguna manera habrá que atender las inquietudes de todos ellos.

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Pero, sobre todo, porque sería un error plantarnos en el día después ignorando que esos votantes y sus inquietudes existen. Para cualquier receta es necesario un diagnóstico, y llevamos ya demasiado tiempo viendo como el gobierno se equivoca en este diagnóstico, es mejor pensar que se equivoca que pensar que lo ignora.

A esta hora solo nos queda ya situarnos en el lunes y será imprescindible entonces el cambio de discurso, abandonar el mitin y el trazo gordo, esgrimir las leyes por un lado e ignorarlas por el otro. Quizás el lunes llegue el momento de pensar qué se hace con estas leyes.