¿Por qué no se prohíben las novatadas?
Las novatadas se practican bajo el manto del silencio y con la seguridad que da saber que, salvo salvajada perseguible por el Código Penal, la agresión quedará en los cuatro muros del colegio mayor
Madrid
Manuel, un joven que sufrió el año pasado crueles novatadas en su primer curso universitario, ha lanzado una petición en change.org para que se proteja a las víctimas de estas prácticas casposas. Quienes las defienden apelan a la tradición y a sus bondades como vía de integración de los nuevos alumnos. Quienes las rechazan no necesitan grandes argumentos, sencillamente el respeto a la dignidad de cada cual que pasa por no someterse obligadamente a la voluntad de nadie.
Las novatadas se practican bajo el manto del silencio y con la seguridad que da saber que, salvo salvajada perseguible por el Código Penal, la agresión quedará en los cuatro muros del colegio mayor. El resto de los casos, que sin llegar al delito pueden herir y marcar a la persona, queda al albur de cada comunidad, colegio mayor o universidad. La mejor forma de proteger a futuras víctimas sería, sencillamente, su prohibición general. Esperemos que Manuel tenga más suerte que el Senado, que hace un año instó al gobierno a hacerlo.