¿De verdad que el PP quiere tocar la Constitución? ¿Ahora?
José María Izquierdo fija su mirada sobre el cambio de opinión en el Partido Popular con respecto a una reforma de la Constitución para un "mejor encaje" de Cataluña
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Madrid
Pero vamos a ver, ¿no habíamos quedado, según los portavoces del PP, en que su partido era el único fiable, porque siempre, en cualquier caso y en cualquier circunstancia, sus dirigentes defendían con firmeza y unanimidad rocosa sus propuestas? ¿No eran acaso los socialistas, quienes como desnortadas veletas, decían hoy blanco y mañana, negro? ¿No se han cansado de pedir claridad a Pedro Sánchez?
Pues ya ven qué cosas pasan, porque ayer mismo, cuando el CIS vino a confirmarnos que el desastre ya es inevitable en Cataluña, rota en dos mitades casi idénticas en votantes, sea cual sea el resultado final, aparece el ministro de Exteriores, García Margallo, un hombre de la máxima confianza de Rajoy, a contarnos -¡y en Barcelona!- la milonga de que el PP estaría dispuesto a estudiar alguna reforma constitucional que permitiera un mejor encaje de Cataluña con el resto de España.
¿Ahora salimos con ésas? ¿A punto de comenzar la campaña electoral? ¿Comparte García Albiol, el inamovible, este regate de Margallo? Pero si apenas hace diez días que el pimpollo comisionado por su partido para sentar doctrina, Pablo Casado, dijo que abrir el melón sería un disparate y que a quién se le podía ocurrir tal cosa.
Pues resulta que pasadas un par de semanas, a ellos mismos.
¿No es extraordinario? ¿Cómo explicar, entonces, tanto tiempo perdido, tanto daño a la convivencia?
