Jorge Juan

Madrid

Marinero, militar, científico, espía, diplomático… Todas estas fueron las facetas que desarrolló Jorge Juan durante su vida. Natural de Monforte del Cid, tal y como él firmaba de puño y letra, comenzó su carrera militar muy joven con 16 años en la Real Compañía de Guardias Marinas y desde ese momento su vida estuvo ligada a la Armada española. Como cadete, estuvo a las órdenes del ilustre Don Blas de Lezo y participó en las campañas contra Orán y los piratas y en la campaña de Nápoles.

En 1734 se embarcó en su primera expedición científica, formando parte del equipo hispano-francés encargado de medir un grado del arco del meridiano ecuatorial. Bajo las órdenes del científico francés Louis Godin y en una aventura financiada por el rey Luis XIV, se consiguió demostrar la imperfección de la esfera terrestre y se midió el grado de achatamiento de la tierra. Estos estudios se realizaron en Quito, donde Jorge Juan permaneció tras la finalización de los mismos.

El científico español se estableció en América del Sur por orden de la corona española para encargarse de la organización de los territorios coloniales. Tras nueve años en ese destino, volvió a España donde junto con su compañero de expedición, Juan Ulloa fue ascendido a capitán de navío por Fernando VI. En 1748, y ya con su nuevo rango, conoce al Marqués de la Ensenada, personaje clave en la historia naval española y en la propia vida de nuestro protagonista.

Bajo el reinado de Fernando VI, el hombre fuerte del Estado era el Marqués de la Ensenada, secretario de Hacienda, Guerra y Marina e Indias. Bajo su mandato, Jorge Juan comienza a desarrollar otra faceta más al servicio del país; Espía. Es enviado a Inglaterra bajo el seudónimo de Mr. Josues. Se integra en la Royal Society británica y comienza a enviar informes y cartas cifradas al Marqués.

El objetivo detrás de todo esto era obtener información para el proyecto más importante que deseaba desarrollar de la Ensenada; modernizar la Armada española. El ejercito naval español, otrora poderoso, se había quedado anticuado y comenzaba a estar mermado después del largo número de batallas provocadas por la guerra de sucesión y el reinado de Felipe V. El Marqués lo sabía, al igual que comprendió que Inglaterra estaba comenzando a desarrollar un poder naval que podía hacer mucho daño a España, tanto en Ultramar como en nuestras costas.

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Jorge Juan se encargó de espiar el modelo de construcción de navíos inglés y llegó a tener contacto con altos cargos del poder inglés, como el primer ministro John Russel, duque de Bedford, que a la postre ordenaría la detención del espía español. En sus informes a España, Jorge Juan describió el método de construcción inglés, que permitía un gasto inferior en madera y la construcción de barcos más rápidos y ligeros. En sus reflexiones, se recoge la opinión de que el futuro de las colonias españolas y de la supremacía española dependerá de cómo se contrarreste el aumento del poderío naval inglés. En sus cartas, tanto Ensenada como Jorge Juan, profetizan la batalla de Trafalgar, punto álgido de la lucha naval entre británicos y españoles.

Tras conseguir reclutar y mandar a España a más de 50 técnicos navales británicos, Jorge Juan es descubierto y consigue escapar a Francia antes de ser apresado. A su regreso a España, los ingenieros reclutados ya trabajaban en los astilleros españoles y parecía que el modelo inglés se estaba imponiendo. Ensenada estaba consiguiendo revitalizar la Armada española.

Pero el cambio de timón se produjo tras el fallecimiento de Fernando VI y la subida al poder de Carlos III. Ensenada cae y comienzan a coger poder otros ministros como Julián de Arriaga, secretario de Marina. Este último es el que decide cambiar el modelo de producción e implantar el modelo francés; más costoso, más anticuado y que producía barcos más grandes y lentos. Los esfuerzos de Jorge Juan por revertir esta situación le llevan a enfrentarse con varios altos cargos y, finalmente, es apartado de la primera línea de decisiones navales.

Aun así, todavía tuvo tiempo para convertirse en embajador de la corona en Marruecos y fundar el Real Observatorio de Madrid. Antes de morir en 1773, escribió una dura carta al monarca Carlos III por adoptar el modelo francés de construcción. En dicha misiva, le expone al rey que los barcos ingleses, más modernos y ligeros, podrían acabar en una batalla con la Armada española. En estas letras, Jorge Juan prevé lo que finalmente ocurrió en la batalla de Trafalgar. Por ello, a la lista inicial de cargos desempeñados por nuestro protagonista habría que añadir la de visionario.