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El cerebro de Pixar

La Script entrevista a Pete Docter, director de Del revés y al productor Jonás Rivera, dos de las mentes pensantes del gigante de la animación

MADRID, SPAIN - JULY 15: (L-R) Pete Docter and Jonas Rivera attend the 'Inside Out' (Del Reves) Premiere at Callao Cinema on July 15, 2015 in Madrid, Spain. (Photo by Fotonoticias/WireImage) / Fotonoticias (WireImage)

MADRID, SPAIN - JULY 15:  (L-R) Pete Docter and Jonas Rivera attend the 'Inside Out' (Del Reves) Premiere at Callao Cinema on July 15, 2015 in Madrid, Spain.  (Photo by Fotonoticias/WireImage)

Madrid

Han pasado 30 años años desde que revolucionaran el mundo de la animación con Toy Story. Desde ese momento, Pixar ha sido un referente en el cine y no solo en el ámbito de la animación. Igual que la Nouvelle Vague, el Neorrealismo italiano o el expresionismo alemán aportaron creatividad en momentos determinados de la historia del séptimo arte, Pixar demuestra, una vez más, que puede ir más allá. La última genialidad de la compañía es Del Revés. En ella la compañía, fundada en su día por Steve Jobs y John Lasseter entre otros, se adentra en un mundo tan abstracto como el cerebro humano. Igual que La vida es así enseñó a los niños cómo era el cuerpo humano por dentro, Del revés recrea el funcionamiento del cerebro. Cinco sentimientos (alegría, tristeza, ira, miedo y asco) dirigen el comportamiento de una incipiente adolescente que acaba de mudarse de ciudad.

Parece que este ha sido el reto más complejo para Pixar, plasmar de manera visual algo tan abstracto como el cerebro humano y que sea, no solo comprensible; sino también entretenido para todos los espectadores

PETE DOCTER: Ese es nuestro trabajo, concretar en imagen una idea abstracta. No ha sido nada fácil. Como en el resto de películas, probamos un montón de cosas antes de llegar al resultado final. Por ejemplo, hicimos muchos cambios en las islas de la personalidad. Empezamos haciendo muchas investigaciones, aprendiendo todo lo que pudimos de las investigaciones científicas, hicimos dibujos y luego fuimos probando cosas y viendo si funcionaban para esta película, en la que hay muchas cosas basadas en hechos científicos, pero en la que también hay muchas decisiones que tomamos porque quedaba bien en la historia que pretendíamos contar.

Son cinco emociones, representadas en cinco personajes distintos de colores diferentes, las que dominan el cerebro humano, según Del Revés, ¿Por qué esas emociones y no otras? ¿Qué emociones se han quedado fuera y cómo ha sido el descarte?

JONAS RIVERA: Elegimos esas (alegría, tristeza, ira, miedo y asco) porque eran las más claras. Al principio teníamos una lista de al menos unas 30 emociones. Vimos que eran demasiadas y que si las manteníamos todas en el guión acabaríamos convertidos en una especie de caricatura de Freud. Intentamos meter el orgullo, por ejemplo, pero al final quedó fuera. A mí, personalmente, me interesaba mucho meter el amor. Sin embargo, era inconsistente científicamente porque no se considera una emoción, sino un estado. Así que debatimos y al final quedaron esas cinco.

PETE DOCTER: Yo echo de menos el orgullo y la esperanza. El orgullo ya estaba en la alegría, porque ella está muy orgullosa de cómo es la personalidad de la niña. Lo mismo que la esperanza, que en cierto modo ya está incluido en la alegría. Por eso decidimos que mejor no quitar protagonismo a la alegría y que fuera un personaje muy completo,en el que participaran otras emociones.

Del Revés es una de las pocas, sino la única, películas de animación que traten el paso de la infancia a la adolescencia, la etapa de la vida con más ebullición y confrontación sentimental. Si a esto sumamos esa defensa de  aceptar la tristeza, como parte esencial de la vida, en una sociedad obcecada por un ideal capitalista de la felicidad, ¿no están haciendo terapia para adultos?

JONÁS RIVERA: Es interesante que cuando empezamos a hacer el storyboard, a dibujar, la gente del equipo empezó a sincerarse sobre sus sentimientos, sobre sus circunstancias personales y, de alguna manera, nos convertimos en un grupo de terapia. Por supuesto, el objetivo era hacer algo divertido y entretenido, porque ese es nuestro trabajo, pero lo que yo he aprendido con esta película, y me avergüenza decirlo, es que las emociones tienen su función y esa es su razón de ser.

PETER DOCTER: De hecho, si no fueran tan importantes no hubieran sobrevivido a la evolución. Están ahí por algo y entran en funcionamiento cuando las necesitas, por ejemplo, el miedo aparece cuando alguien te asusta. En realidad esa idea de que todos queremos ser felices, que nuestros hijos sean felices, pero la vida es más compleja que eso. Lo que la gente espera de la vida y, especialmente de las películas de animación, es que las cosas sean luminosas y nosotros, pensamos, bueno vamos a sorprenderles para llevarles a sitios donde no imaginaban ir.

Volviendo a esa idea de defender la tristeza, una de las marcas de Pixar es la nostalgia, lo vimos en Up en WALL.E y ahora en Del Revés. ¿Es una estrategia de marketing para llevar a niños y a sus padres nostálgicos al cine? ¿Por qué Pixar, que parece una empresa plagada de tipos felices como ustedes, tiene esa predilección por la nostalgia?

JONÁS RIVERA: Sí, somos unos tipos felices. Tenemos los mejores trabajos del mundo, no podemos sentirnos más afortunados. Es un trabajo duro pero nos encanta trabajar. Nos gusta nuestro trabajo, ¿verdad Pete?

PETE DOCTER: Completamente de acuerdo. Pero es que además es sorprendente que tú, como productor, en vez de decirle a la gente que siga trabajando, lo que haces es mandarnos que nos vayamos a casa, que dejemos de trabajar.

JONÁS RIVERA: Es verdad que en este tiempo la compañía ha cambiado, ha evolucionado en estos años. No es perfecta, pero creo que es genial. Has mencionado la nostalgia, y creo que Pixar se sustenta en una mezcla del pasado, en las cosas que nos gustaban, las historias, las películas y,por supuesto, en la tecnología. Esto es muy emocionante.

Es la segunda película de Pixar que se presenta en el Festival de Cannes. Fue la más aplaudida de toda la sección oficial, pero no competía. ¿Les hubiera gustado optar a la Palma de Oro? ¿Es ese el paso que le falta dar a la animación, el competir en un festival de cine de autor?

JONÁS RIVERA: En realidad nosotros no pretendimos ir a Cannes. Nos llamaron, nos invitaron y dijimos que sí. Ahora, con Del Revés, y hace unos años con Up. En realidad no entiendo mucho la competición.

PETE DOCTER: Bueno, te gusta el baseball.

JONÁS RIVERA: Eh, sí, en el deporte está bien; pero en ámbitos culturales, me pasa como en los concursos de belleza. ¿Cómo sabes que una película es mejor que otra, que es más bonita que otra?

PETE DOCTER: ¿Qué dan en Cannes si ganas? ¿Dinero?

JONÁS RIVERA: La Palma de Oro, que la tiene Pulp Fiction. No, nada de dinero. No nos planteamos los premios como una competición.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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