Debates y rescates

Madrid

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció ayer que someterá a votación en el Congreso de los Diputados la posición española ante el tercer rescate de la economía griega. Es posible que el señor Rajoy, que en su día se negó, no ya someter a votación, sino a tan siquiera a permitir un pleno extraordinario sobre las condiciones que exigía la Unión Europea proceder al rescate de la banca española, haya sufrido una repentina iluminación democrática. Nunca hay que descartar la capacidad de atrición de los pecadores. Pero puede que también que se trate de una simple triquiñuela política, encaminada a dejar en mala posición a los socialistas, a muchos de cuyos militantes el plan de rescate griego debe provocar sarpullido, pero cuya dirección apoya al PASOK, y en consecuencia tendrá muy difícil votar en contra del texto de la Unión.

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Sea o no una simple artimaña politiquera, la verdad es que el presidente está sentando un precedente muy interesante. A partir de ahora, se supone, no volveremos a pasar por el bochornoso trance de un Congreso maniatado a la hora de votar sobre asuntos tan importantes como los rescates y sus condiciones. Salvo que el señor Rajoy crea que el caso griego es una excepción y que cuando se trate de temas que afectan directamente a España se puede volver tranquilamente a un parlamento silencioso. No cabe en la cabeza, pero no hay que descartarlo porque la cabeza del señor Rajoy es muy original en estos asuntos.