'Del revés', nueva revolución de Píxar

Madrid

Pete Docter y Ronaldo del Carmen dirigen Del revés, una cinta en la que Pixar, la compañía de John Lasseter, nos introduce en el cerebro de una niña que está madurando y debe hacer frente a una mudanza. Dentro de su mente hay cinco personajes, cinco emociones, que manejan el cerebro de esta niña. Son la ira, el miedo, la tristeza, el asco y la alegría. 

A FAVOR: Pixar da un paso más en su más que demostrada creatividad. En su senda de darle categoría visual al pensamiento abstracto, algo que ha hecho Toy Story, uniendo el mundo de los niños y el de los juguetes, o el mundo de la realidad y los monstruos en Monstruos S. A. En Del revés, el reto es todavía mayor, plasmar el cerebro de una adolescente, con sus emociones y su subconsciente, al tiempo que nos cuentan una bonita y emotiva historia de la pérdida de la inocencia, del paso de la niñez a la pubertad.

El ser humano anhela vivir sin miedo, sin tristeza, sin sentimientos negativos. Este anhelo se ha acrecentado en una sociedad volcada en el concepto capitalista de la felicidad, es decir, del consumo y el bienestar económico. Disney ha sido uno de los defensores de ese pensamiento, no hay más que mirar sus parques temáticos, y quien más lo ha perpetuado a través de sus películas, que se hicieron un hueco en la educación sentimental de los niños. Es curioso, por tanto, que Pixar, que sustituyó a Disney como gran factoría de animación y que fue fagocitada por el viejo tótem, plantee en su nueva película la importancia de aprender a convivir con la tristeza y la melancolía. En una sociedad excesivamente medicalizada ante el primer atisbo de problema.

EN CONTRA: Sin embargo, hay algo paradójico en la filosofía Pixar, una filosofía basada en la nostalgia, y en la memoria para llegar a dos públicos diferentes: los niños y los que algún día lo fueron. La paradoja la señalaba el teórico William Schaffer en un artículo en el que explicaba que aunque hay cierta crítica al consumismo en algunas de sus películas, en el fondo lo que hace la factoría es permitir la penetración de las fuerzas del marketing desde la infancia". Ahí está el gran merchandasing de la compañía, que va desde los robots de WALL.E, los jueguetes de Toy Story, los coches de Cars a los peluches de Monstruos, S. A.