Millás dedica sus tres colores al verano
El escritor explica su relación de amor y odio con el estío
Madrid
La canícula ha sido el tema central del último Semáforo de la temporada, como es habitual, de la mano de Juanjo Millás.
Rojo, al verano, por romper las rutinas del invierno cuando empezábamos a controlarlas, colocándonos frente a un mundo aún por ordenar.
Verde, al verano, por romper las rutinas del invierno cuando empezábamos a controlarlas, colocándonos frente a un mundo aún por colocar.
Ámbar, al verano, porque de un lado, maldita sea, rompe las rutinas tranquilizadoras del invierno y, de otro, Dios le bendiga, nos obliga a repensar la vida.