El recurso a la amenaza no ha funcionado

Madrid

Los griegos dijeron ayer que respaldan a su gobierno en la negociación con la Troika. No han dicho, de ninguna forma, que quieran salir del euro. Lo lógico, si todos se esfuerzan en conservar la cabeza, sería ahora que el BCE mantuviera abierta la uva de liquidez imprescindible en Grecia, mientras se abre una nueva ronda negociadora en la que el Eurogrupo reforme su oferta no necesariamente aceptando la propuesta griega, pero sí estudiando cómo modificar razonablemente la suya, incluyendo la promesa de una posterior negociación para llevar a cabo una quita de la insoportable deuda griega.

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Los griegos han dicho que quieren que se siga negociando y su Gobierno está también obligado por ese mandato. También ellos deben matizar sus posiciones en busca del imprescindible acuerdo. Otra posición, bien sea por un arrebato de despecho de los responsables de la Unión, bien por una euforia injustificada de Tsipras, podría llevarnos a todos a una situación muy peligrosa.

Una última observación: el recurso a la amenaza y al miedo no ha dado resultado a la hora de influir en el voto griego. Esa es una noticia esperanzadora para todos.