Queda una semana
La directora de 'Hoy por Hoy' aborda la situación en Grecia tras la convocatoria del referéndum
La opinión de Pepa Bueno: 'Queda una semana'
02:19
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Madrid
Grecia amanece hoy con sus bancos cerrados, quizás por la tarde haya dinero en los cajeros, pero solo se podrá sacar 60 euros al día durante una semana. Bancos cerrados, mucho vértigo y un referéndum convocado para el domingo. Y el resto de Europa amanece tentándose la ropa porque nadie sabe muy bien qué puede pasar.
Ya estamos aquí, donde los apocalípticos anunciaban que llegaríamos y a la mayoría nos parecía impensable.
Todo se ha precipitado tras la convocatoria del referéndum sobre una propuesta europea que ya ni existe porque las instrucciones la han retirado tras la ruptura griega. Y es que más allá de las cifras, el principal desacuerdo es si la única medicina de la que disponemos como Unión Monetaria sigue siendo la austeridad y estos rescates, que en realidad consisten en que los acreedores le presten dinero a Grecia para que pueda devolver a los acreedores lo que les debe. Y confiar en que la austeridad como única receta dé en el futuro el resultado de los frutos sociales que no ha dado en el presente ni en el pasado reciente.
A Tsipras le asiste la razón democrática: consultar a su pueblo si acepta una hoja de ruta contraria a lo que votaron hace sólo cinco meses. Pero esa razón democrática no le exime de dar explicaciones a los griegos sobre cuál es su plan B si el resultado es “no”, como él defiende. No puede pedirles saltar al vacío sin saber qué hay detrás. Si convoca un referéndum, tiene la obligación de contar qué piensa hacer – si es que lo sabe - en cualquier escenario.
Y a los antiguos socios europeos, ahora simplemente acreedores, les corresponde resolver de una vez la contradicción entre la democracia y el discurso único económico-financiero. Salvo que tengan en la cabeza un disparate como el del 2011 cuando quitaron al socialista Papandreu por proponer otro referéndum sobre el rescate, y lo cambiaron por un banquero más dócil.
El único motivo para la esperanza es la prudencia del Banco Central Europeo manteniendo la respiración asistida a los bancos griegos, sólo la respiración asistida, mientras la política se aclara.
Queda una semana