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Patrice Leconte: ''Rossy de Palma es increible y muy generosa"

La actriz Rossy de Palma protagoniza No molestar, la nueva comedia del francés Patrice Leconte, mítico director de El marido de la peluquera

Patrice Leconte / UNIFRANCE

París

Rossy de Palma es todo un icono en Francia. Por eso Patrice Leconte, director de películas como El marido de la peluquera, Tandem o El hombre del tren, no dudó en elegirla como protagonista de su nueva comedia, No molestar. "Rossy es formidable. Sabía que hablaba francés y la llamé. Y me dijo, ¡Patrice, me encanta tu película, por supuesto que acepto!", relataba Patrice Leconte en el pasado festival de cine francés celebrado en París, donde esta comedia costumbrista se presentaba a la prensa extranjera.

"Rossy es generosa y su personaje ha quedado sensacional gracias a ella", añadía un Leconte que ha adaptado una obra teatral muy exitosa en la pasada temporada en los escenarios parisinos. El personaje al que alude el director francés es el de la chacha española. Divertida, excéntrica, trabajadora y muy mandona. Así es María, el personaje cuerdo de esta comedia de enredo que satiriza con suavidad a la sociedad francesa.

La cinta sucede en un lujoso edificio parisino, con portero, con vecinos cotillas y con una familia burguesa que padece todos los problemas de la vida moderna de hoy; es decir, depresiones, prisas, estrés y mucho clasismo. A pesar de nacer como obra teatral, Leconte buscaba "hacer una película de verdad, evitar el teatro filmado, que no me interesa nada".

No molestar es un retrato del egoísmo, uno de los defectos de la sociedad capitalista. "Es el problema número uno. Es la enfermedad de nuestro tiempo. La gente a veces se vuelve egoísta muy a su pesar. Cuando las cosas van tan deprisa, te olvidas de todo, también de los otros, solo piensas en ti, y eso es asqueroso, insoportable. Por ejemplo, no hay más que mirar como nos comportamos en el metro", dice el realizador.

La cinta es un catálogo de todas las tipologías sociales que cohabitan en un París no siempre acogedor y hospitalario. Hay polacos que se hacen pasar por portugueses, está la ya mencionada criada española, hay filipinos que se esconden porque carecen de documentación legal y están los señores burgueses alejados de la realidad social de su propia ciudad.

"No se puede resumir en un solo apartamento la sociedad francesa, pero sí coger lo que la sociedad actual nos ofrece. Hay sin papeles, los hijos progres, los burgueses, todo es algo muy actual. Evidentemente, hay exageraciones porque es una sátira, pero la realidad está al fondo", explica Leconte.

La música desempeña un papel importante. No solo es el McGuffin por el que el personaje de Christian Clavier pretende encerrarse a escuchar un ansiado vinilo en su casa sin que le molesten, es también un elemento para crear un ritmo acelerado que ayuda a desarrollar la propia comedia. "Hacíamos como si la orquesta estuviera presente en directo. Quería que la música completara el ritmo de la película".

Esta entrevista se realizó tras el atentado que sufrió la redacción de la revista satírica francesa Charlie Hebdo y se publica justo cuando un concejal madrileño ha dimitido por unos chistes sobre judíos y víctimas de ETA lanzados en Twitter. En este contexto, el debate sobre los límites del humor está presente en la entrevista. ¿Por qué la comedia para explicar una realidad social? Le preguntamos a Leconte.

"Me gusta que la comedia critique y hable de nuestra vida, de nuestros defectos, de lo que va bien y va mal. Creo que es realista, naturalista, que los personajes no parecen marionetas. Me gusta que la comedia hable de nosotros y tenga hilo directo con la actualidad", responde.

La comedia francesa lleva años cosechando grandes éxitos de taquilla, no solo en Francia, también en países como España, Italia o Alemania. El auge empezó con Intocable, todo un fenómeno, y ha continuado con Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? -protagonizada también por Clavier-, y, en menor medida, con Samba o Guillaume y los chicos a la mesa. A pesar de las dificultades para exportar el humor, Francia parece haber descubierto la fórmula del éxito, aunque Leconte no se muestra muy esperanzado. "El humor es difícil de exportar", destaca. "Por ejemplo, mi comedia Les Bronzées funcionó muy bien en Francia pero no fuera. No sé cuál es la razón que hace que una película tenga éxito en varios países. Quizá el humor de estas nuevas comedias sea más universal, no lo sé", añade.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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