Cuando el Gobierno quiere, puede
La rueda de prensa tras el Consejo de Ministros fue ayer más temprana y más ágil que nunca. La vicepresidenta tenía pocos asuntos que vender y mucha prisa porque estaba citada a un almuerzo en el Palacio Real
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GRA113 MADRID, 19/06/2015.- La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, durante la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, hoy en La Moncloa. EFE/Emilio Naranjo / Emilio Naranjo (EFE)
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Madrid
Llevamos semanas notándolo. Queda ya muy poco de legislatura, no hay tiempo real para tramitar proyectos de ley en el parlamento, así que la carpeta de asuntos que van al consejo de ministros es cada vez más delgada.
Ayer había tan poco que vender a los periodistas, que la vicepresidenta tuvo que hablar de una depuradora en Ibiza o de la limpieza de una bahía en Murcia. Temas tan menores a nivel nacional que en un Consejo de Ministros con contenido la vicepresidenta no los hubiera ni mencionado. Tan poquito tenía que vender, que tan solo a los tres minutos de empezar (suele hacerlo alrededor del minuto 30) daba paso al turno de preguntas.
En ese turno de preguntas, cómo no, volvieron a caerle las cuestiones sobre los cambios de Rajoy, sobre si el presidente había comentado algo con sus ministros... Éxito nulo, igual que en semanas anteriores: "las deliberaciones del Consejo de Ministros son secretas", zanjaba.
Sin comentarios sobre los cambios en el Gobierno... Y con poca información sobre los cambios en el PP. Le preguntaba una periodista si al gobierno le preocupa que se haya elegido para la vicesecretaría de Organización del partido a Fernando Martínez Maillo, imputado por formar parte del consejo de administración de Caja España al que se le atribuye una presunta administración desleal. "Creo que no está imputado", respondía la vicepresidenta, "eso he leído".
Desde el PP argumentan en que "está citado en calidad de imputado", justo lo mismo que dicen de Chaves y Griñán desde el PSOE y que tantas y tantas veces han criticado desde el PP, incluida la propia vicepresidenta.
Pero ayer Sáenz de Santamaría no habló de eso, aunque no se ahorró el clásico rejonazo al PSOE, esta vez por no presentar sus presupuestos en 2011 (algo que sí va a hacer Rajoy este año), lo que obligó a trabajar mucho y muy rápido al gobierno entrante: "acabábamos de llegar [a la Moncloa], yo llegué a mi casa a las 5 de la mañana, desayuné, me di una ducha y me vine a cerrar el Decreto Ley que acabábamos de cerrar con el equipo de Montoro esa noche".
A los 28 minutos: fin de la rueda de prensa. Sáenz de Santamaría tenía cita con los Reyes en el Palacio Real. Esto demuestra -una vez más- que cuando el Gobierno quiere, puede convocar la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros prontito, dar paso con rapidez a las preguntas de la prensa y no enrollarse en las respuestas. Pero claro, eso no ocurre todos los viernes.