¿Acaso no repugnan las cuchillas de Ceuta y Melilla?
José María Izquierdo opina sobre el doble rasero de Jorge Fernández-Díaz, Ministro de Interior
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Madrid
Esto de los nuevos concejales surgidos de las últimas elecciones está muy bien, porque así conocemos gente. Estos días ha sido Guillermo Zapata y ahora es Rita Maestre, imputada por un caso de 2011. Ahí es nada. De 2011. No está mal que los nuevos pimpollos entiendan lo duro que es pasar del mundo de Peter Pan al cemento de la política. Es lo que tiene hacerse mayores.
Pero este Ojo no puede sino asombrarse de que un señor como Jorge Fernández-Díaz, ministro del Interior, integrante de la Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, que vio la luz del más acendrado cristianismo en Las Vegas, que nos ha surtido de frases tan extraordinarias como que “Dios está muy presente en el Congreso de los Diputados” o que “la política es un magnífico campo para el apostolado, la santificación y el servicio de los demás”, nos suelte, sin que se le altere el semblante, que los tuits de Zapata son “éticamente repugnantes, incitan al odio y a la xenofobia”.
¿Qué tal si nos dejamos de boberías, y quitamos las cuchillas donde se rajan manos y piernas los inmigrantes, esas concertinas que con tanto mimo cuida en Ceuta y Melilla el muy piadoso ministro del Interior? ¿Será que esas vallas salvajes no le resultan repugnantes o incitadoras al odio y a la xenofobia a señor tan rezador?
