Así resulta difícil creer en la separación de poderes

Madrid

Hemos estado tan distraídos con Twitter y buceando en el pasado de los nuevos en política que casi no hemos prestado atención a algo tan importante como que dos exvocales del Consejo General del Poder Judicial a propuesta del PP vayan a formar parte del tribunal que juzgue el caso Gürtel. Es más, esta tarde les estamos contando que uno de ellos, Enrique López, compartió cursos en Faes con uno de los procesados. No deberíamos darle carta de normalidad.

Entre otras cosas porque el caso Gürtel se llevó por delante al juez Garzón, a un ministro de justicia socialista porque al PP le parecía todo un escándalo. Ahora el PP calla ante la presencia de dos jueces afines en el tribunal de la Gürtel. Algo que seguramente es legal, que el mecanismo de elección de los magistrados es el que es, pero que es tan lamentable que solo contribuye a agrandar la brecha de la confianza entre los ciudadanos y la justicia. A partir de aquí que nadie de lecciones sobre separación de poderes.

Y si el mecanismo de elección de los magistrados es el que es, a los magistrados Lopez y Espejel les debería quedar un mínimo de responsabilidad, pudor e incluso vergüenza para apartarse del caso. Aunque de momento parece que el camino que se emprende es el de la recusación, que sean otros los que se muevan, lo que puede llevar a más retraso en el juicio por el caso.

Si nada o nadie lo evita, dos jueces más que cercanos al PP van a decidir sobre la sentencia de uno de los mayores casos de corrupción de la historia de la democracia, caso que afecta al PP, al partido del gobierno de España. Así es difícil creer en la separación de poderes.