Un drama… de otro siglo
José María Izquierdo pone el ojo en la retirada del título de duquesa de Palma a la infanta Cristina

Madrid
Qué raro es este mundo. Una señora puede ser Duquesa de Palma el jueves, signifique eso lo que signifique, y desayunarse el viernes con que ya ni es duquesa ni nada. El gesto del Rey que hoy nos brinda el Boletín Oficial del Estado es, en verdad, sorprendente. Sobre todo porque ha exigido una determinación extraordinaria.


Otorgar es relativamente fácil, es una acción amable, generosa, de seguro bien recibida por el beneficiario. Más si se trata de una hija. Pero quitar un título requiere un esfuerzo tremendo, es arrancar algo que ya se tiene, que se considera propio. Tomar esa decisión debe ser duro, máxime si es con una hermana.
Seguramente se ha llegado a esta situación porque doña Cristina no entendió lo que estaba ocurriendo a su alrededor con su marido, señalado como el gran protagonista de una época de corrupción que salpicó –y de qué manera- a la mismísima Casa Real. Cercados por una cadena terrorífica de desvergüenzas, a cuál más bochornosa que la anterior, marido y mujer no supieron tomar algunas decisiones que parecían obvias, como renunciar a los derechos dinásticos, por muy improbables que fueran, e incluso declinar el honor –así se considera- de ser Duques de algo.
Se entiende el drama familiar, por supuesto. Pero en el fondo, ¿marqueses, condes, duques? ¿Qué cosa es ésa en el año 2015, siglo XXI?