El adiós de UPyD
Reflexión sobre la salida de las instituciones del partido de Rosa Díez
Madrid
Mañana sábado se constituirá, entre otros, el nuevo ayuntamiento de Madrid, con Manuela Carmena como alcaldesa, y una parte importante de la ciudad se prepara para celebrarlo con mucha alegría y con fiesta. Carmena supone, sin duda, un gran cambio, primero en la propia imagen de la ciudad y después, seguramente, en la ciudad misma, según se vayan poniendo en marcha sus políticas.
Se van muchos concejales a los que buena parte de la ciudad no echará de menos ni un segundo, pero también algunos que hicieron un buen trabajo. Por ejemplo, el portavoz de UPyD, David Ortega, que se opuso a la candidatura de Madrid como sede olímpica y que peleó para que se investigaran los sobrecostes de las obras financiadas por el consistorio. Ortega, que perdió en las últimas elecciones, dimitió hace poco como miembro del Consejo de Dirección de UPyD, aunque su partido no se ha hecho eco de la noticia. Él y su colega en la Asamblea de Madrid, Luis Velasco, se merecen, en la despedida, el reconocimiento por su buen trabajo.
UPyD corre también el riesgo de tener que decir adiós a excelentes diputados como Irene Lozano. Habrá que ver qué sucede en el próximo congreso del partido, anunciado para el 11 de julio, pero del que todavía no se sabe gran cosa, porque Rosa Díez no ha explicado mucho. Se sabe que Lozano competirá por el liderazgo del partido, pero poco más. Sería una pena que el resultado de toda esta historia fuera la pérdida de muy buenos parlamentarios, de los que tampoco se puede decir que este país esté sobrado.
Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico 'EL PAÍS'. Actualmente firma columnas en este diario y publica...