Que no se nos olvide

Madrid

He pasado una semana en Chile, invitado a participar en unas jornadas dedicadas a derechos humanos, igualdad de género, violencia contra la mujer, etc., y he podido confirmar la autoridad de España en estas materias, como consecuencia de iniciativas legislativas tan avanzadas como el matrimonio homosexual, el divorcio exprés, la ley de plazos sobre el aborto, la ley de dependencia, la asombrosa ley integral contra la violencia de género, más asombrosa aún porque se aprobó en el Parlamento por unanimidad, y comprobé qué poco sabemos qué somos.

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Sepan ustedes que desde los admirados países escandinavos hasta los muy iberoamericanos están viéndonos como una potencia en conquistas sociales, y se nos ha olvidado. Y quería solamente contárselo y recordarles que hay más política que la política económica, que hay más activos para la marca España que los activos que incluimos. Y que además del jamón y otras maravillas, benditas sean, la marca España está acreditada en el mundo por actuaciones que la miseria del partidismo político nos impide valorar. Ya sé que es inútil decirlo, pero sepan ustedes.