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El cine cubano después de 'Fresa y chocolate'

Repasamos cómo ha evolucionado el cine en Cuba desde el exitazo de Fresa y chocolate en 1993

Madrid

Dicen que en la sociedad cubana hubo un antes y un después del estreno de Fresa y chocolate, la cinta de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío que ganó el Goya a la mejor película hispana, del Oso de Plata en Berlín, fue premiada en Sundance y nominada al Oscar como mejor película extranjera. Protagonizada por Mirta Ibarra, Jorge Perugorría y Vladímir Cruz, contaba la amistad de un chico homosexual y un convencido revolucionario. La cinta logró una masiva respuesta por parte del público cubano, pero ¿qué hubo después del éxito de Fresa y chocolate?

Guantanamera (1995). Costumbrismo social

Los mismos directores repitieron un par de años después con Guantanamera, cinta que retrataba las vicisitudes de una familia para enterrar a un ser querido, debido a una nueva normativa para ahorrar en los entierros. Dice Jorge Perugorría que los realizadores le ofrecieron el papel de camionero machista para compensar el de homosexual cultivado en Fresa y chocolate. La muerte de Gutiérrez Alea hizo que tuviera que continuar en solitario Tabío, quien siguió imprimiendo ese estilo, descriptivo e incisivo, en títulos como Lista de espera (2000), Aunque estés lejos (2003) o El cuerno de la abundancia (2008).

Juan de los muertos (2011). Revolución zombi.

No solo el costumbrismo o la crítica velada ha definido al cine cubano. A pesar de tener una industria cinematográfica casi inexistente, también ha dado muchas muestras de creatividad en géneros como el gore. Juan de los muertos es un ejemplo. Dirigida por Alejandro Brugués, la cinta es una divertida comedia de zombis que invaden La Habana. Como las buenas películas de zombis, Juan de los muertos, que ganó el Goya a mejor película hispana, también tiene referencias políticas. Por ejemplo, cuando los medios oficiales informan de que los zombis están pagados por los disidentes de Miami. 

Jirafas (2013). La producción propia.

Los años de Fresa y chocolate fueron considerados la edad de oro del cine cubano, con la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños en plena eclosión y con el éxito de las cintas cubanas dentro y fuera de la isla. Después, el bloqueo estadounidense y europeo ahogaría al país hasta tal punto que la financiación de películas sería prácticamente nula. Si algo han demostrado los cubanos es que ante las adversidades sacan el ingenio. Así han surgido directores como Kiki Álvarez o Carlos Lechuga que, aprovechándose del abaratamiento que proporciona el soporte digital, han realizado cintas independientes. Jirafas, de Kiki Álvarez, ha sido rodada íntegramente en régimen de cooperativa y retrata el problema de la vivienda en aquel país. Mientras que Melaza, de Carlos Lechuga, es un drama poético sobre la cuba rural, que ha ganado premios en los festivales de Málaga y Vancouver.

Regreso a Ítaca (2014). La mirada de fuera.

La cinta de Laurent Cantet, Regreso a Ítaca, cuenta con un portentoso guion del escritor cubano Leonardo Padura, para retratar la desilusión de una generación que abrazó con entusiasmo la revolución. El propio Cantet había participado en 7 días en La Habana, una película dirigida por siete directores, entre ellos Emir Kusturica, Daniel Brühl, Elia Suleimán o el propio Jorge Perrugoría. El español Fernando Trueba utilizó la animación en Chico y Rita, (2010) para retratar la historia de amor de dos músicos a los que la propia Cuba junta y separa. Javier Bardem rozó el Oscar por interpretar al escritor cubano Reinaldo Arenas en Antes que anochezca (2000), la cinta de Julian Schnabel.

Conducta, (2015). El nuevo fenómeno cubano

Coincidiendo con esta nueva actitud del gobierno estadounidense y el cubano, se estrena Conducta. Una cinta que bebe de ese cine costumbrista de los noventa y que, a la vez, realiza un ejercicio de autocrítica. Su director, Ernesto Daranas, apunta a la engorrosa burocracia y a la rigidez del anquilosado régimen cubano. Es un retrato de La Habana más pobre y también de uno de los grandes y positivos emblemas que ha tenido la revolución castrista: la importancia de la educación. La cinta se estrena este viernes en nuestro país.

Hora 25 en Cuba: charla con Mirtha Ibarra y Jorge Perugorría

24:09

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