Jugar con Hacienda
Reflexión sobre la filtración de la declaración de la renta de Esperanza Aguirre
Madrid
A las doce de la noche acaba la campaña electoral. Y llegamos al final con una nueva polémica que afecta a la sensible información que maneja la Agencia Tributaria. Esta vez le ha tocado a Esperanza Aguirre, y en plena campaña. Antes le tocó al dirigente de Podemos Juan Carlos Monedero o a Rodrigo Rato, y aún antes a todos los colectivos díscolos, fueran actores o medios de comunicación, y a los que Montoro, todo un ministro de Hacienda, señalaba entre bromas y veras. Es lo que pasa cuando se utilizan las instituciones del Estado en la batalla partidista. Que cualquier sospecha se vuelve contra ellas. Y se les hace un daño gravísimo. Porque las primeras obligadas a cumplir la ley son las instituciones y todos los que trabajan en ella.
En el ejercicio de la libertad de expresión, 'Infolibre' publicó que Esperanza Aguirre, que aspira a dirigir el Ayuntamiento de la capital de España, ganó según su última declaración de la renta 369.000 euros en su primer y único año en la actividad privada tras dejar la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Una información que le habían reclamado sin éxito sus contrincantes políticos, dado que ella misma, Aguirre, había utilizado este lunes como argumento en un debate en TV los ingresos de otro candidato.
Aclárese lo que se tenga que aclarar, pero está claro que lo que nos urge como sociedad es devolver a las instituciones, a todas las instituciones, el crédito y la respetabilidad. Eso que ayer decía sencillamente en ‘El País’, el filósofo Emilio LLedó, premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades: “Ojalá este domingo regrese la decencia”.
