Aguirre sigue creyendo que Madrid es su cortijo

Madrid

Esperanza Aguirre está muy enfadada. Se ha filtrado su declaración de Hacienda y el diario Infolibre publica hoy que la candidata del PP al Ayuntamiento de Madrid ganó en 2013 369.000 euros por su trabajo en una empresa de cazatalentos y cinco mil euros en juegos de azar. La candidata Aguirre denuncia y pide explicaciones, quiere saber como es posible que se haya producido esta filtración, y Hacienda reacciona rápidamente y dice que lo va a investigar.

Dice también Esperanza Aguirre que al que le pique pues que se rasque, pero de momento parece que a la que más le pica es a ella, que después de pedir públicamente y reiteradamente a la oposición la publicación de sus ingresos, después de criticar lo que algún político ha cobrado por asesorías, después de exigir trasparencia, pues después de todo esto a Esperanza Aguirre no le ha gustado ver publicada su declaración de la renta.

Quizás se lo hubiera evitado si se hubiera aplicado esta exigencia de transparencia a los demás. Porque el problema de Esperanza Aguirre es que ella cree que es única, diferente, que va por otro carril que el resto de políticos. Acostumbrada como está a decir las mayores barbaridades y a que no pase nada después. Y si nos ponemos a recordar episodios no acabaríamos nunca. Su reacción ante su incidente de tráfico en Gran Vía, su desfachatez al decir que fue ella la que destapó la Gürtel, su caradura al asegurar que no conoce de nada a la mayoría de los imputados, a pesar de que algunos de ellos han sido personas de su máxima confianza, su falta de escrúpulo a la hora de acusar a una rival política, a Manuela Carmena, de ser prácticamente de Eta, y ahora su actitud airada y de ofendida porque un ejercicio periodístico ha destapado lo que ella ha querido ocultar durante tanto tiempo.

Pero como hasta ahora todo le ha salido gratis a Esperanza Aguirre, que además tiene palmeros que le ríen todas las gracias, ella sigue pensando que puede hacer lo que le dé la gana en este Madrid que ella maneja como su cortijo. Dice el sabio Emilio Lledó, reciente premio princesa de Asturias, que ojalá este domingo regrese la decencia.