No se habla de otra cosa
El editorial de Pepa Bueno: 'No se habla de otra cosa'
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Madrid
Dícese de la enfermedad que ataca a los presidentes del gobierno, que afecta a su carácter, a su percepción de la realidad, que les provoca aislamiento, sordera y ceguera. Se llama ‘síndrome de la Moncloa’ y sus síntomas suelen ser agudos en el segundo mandato. Pero se ve que con los tiempos acelerados que vivimos a Rajoy el virus le ha pillado fuerte en su primera legislatura. Ayer lo escuchamos preguntarse “¿Quién habla hoy en España del rescate, o de la quiebra, o de la prima de riesgo, de recesión y de paro?”. Para no ir más lejos, presidente, del paro habla su ministro de Exteriores, esta misma semana en Europa, como argumento para no acoger demandantes de asilo.
Así que lo de Rajoy ayer en Pamplona pudo ser un acto fallido en mitad del acaloramiento de un mitin. Malo si fue así, porque es malo que el presidente tenga a los parados en ese rincón de la cabeza que permite utilizar todo, cualquier cosa, con tal de ganar. El todo vale. Pero también pudo ser un acto consciente, es decir, que preso del ‘síndrome de la Moncloa’, Rajoy ya sólo ve España a través de las cifras macroeconómicas y a través de las palmadas en la espalda de los autores del austericidio que le aplauden como alumno aplicado.
Pues hablan de paro 5.444.000 personas, presidente. Según la EPA, en 4 millones de hogares españoles no se habla de otra cosa.