Lo previsible

Madrid

No se sabe qué puede ocurrir el domingo, y no se sabe porque las encuestas, sin antecedentes de Podemos y de Ciudadanos, no saben cómo valorar sus propias estimaciones ni saben cómo interpretar el silencio de los indecisos. Y aunque se supiera el resultado no se sabría qué significarían las victorias pues los partidos se han mostrado muy confusos en sus propuestas. Pero, incluso si se conocieran bien las propuestas no se sabría demasiado porque nadie va a poder hacer gran cosa sin el apoyo de otros. Y no se sabe si esos apoyos se van a producir por intercambio de cromos en el mapa nacional o por toma de posiciones ante las generales. Y aunque se conocieran las alianzas se ignora qué efectos concretos se derivarían de ellas o cómo serían las convivencias, por ejemplo, de Ciudadanos con el PP o de Podemos con el PSOE.

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Un conspicuo comentarista escribía ayer que cuando nada se sabe hay que confiar en la intuición de la gente, pero no se sabe muy bien qué quiere decir confiar en la intuición de la gente. Mi impresión es que cuando todo es imprevisible, casi siempre ocurre lo previsible.