Una campaña no aguanta la mentira, la manipulación y los insultos

Madrid

Este mediodía escuchaba a un sonriente Pablo Casado, portavoz de campaña del PP, justificar la frase de ayer de Mariano Rajoy en un mitin cuando dijo aquello de quien habla hoy del paro en España. Decía Casado que hay que entender esta frase en el contexto de un mitin, en el que en muy poco tiempo se quieren decir muchas cosas, y en el contexto de una campaña electoral, que según sus explicaciones, parece que todo lo aguanta.

Pues resulta que una campaña electoral no lo aguanta todo, no aguanta las mentiras, no aguanta los insultos, no aguanta las falsas acusaciones, no aguanta la manipulación de los medios. Y todo esto que no aguanta una campaña electoral está pasando en esta campaña electoral. Voy con los ejemplos.

Rajoy y su país de las maravillas en el que nadie habla de paro, a pesar de que en este país sigue habiendo más paro que el que dejó el gobierno de Zapatero. Luis de Guindos, ayer, asegurando que este país no ha rescatado bancos ni banqueros que ha rescatado depositantes, Esperanza Aguirre atacando a la candidata de Ahora Madrid, primero mintiendo al decir que no es juez, y luego atacándola y acusándola de connivencia con ETA, la misma Esperanza Aguirre decidiendo como tienen que ser los debates en Telemadrid, lo que ella considera su tele, y, evidentemente, su tele le hace caso, José Antonio Monago intentando poner condiciones a la SER para su entrevista, prohibido hablar de sus viajes a Canarias, evidentemente, no ha habido entrevista.

Es solo un rápido resumen de lo más escandaloso, pero después de escucharlo nadie puede decir que una campaña lo aguanta todo. Porque al final la campaña es un reflejo del modo que tienen algunos de entender el poder y de entender la política. Un modo que, entre otras cosas, solo contempla la posibilidad de hablar y hablar y hacer el máximo de ruido posible, y entretanto griterío se les olvida escuchar.