La aldea de El Rocío, sin campaña electoral

Barcelona

Raro es encontrar estos días una calle de cualquier ciudad española que no esté decorada con fotografías, pancartas o carteles de uno u otro partido político. Durante quince días el paisaje de nuestras calles se transforma en una especie de centro comercial dedicado a vender los parabienes de los candidatos a nuestras alcaldías y comunidades. Si a esto unimos el correo electoral, las llamadas telefónicas, publicidad en radio y televisión, caravanas electorales y mítines por todos los rincones, resulta complicado no pensar en política y concentrarnos en nuestras mundanas tareas.

Cómo diría aquel: "Haz como yo, no te metas en política". Algo así han pensado en la aldea del Rocío, donde este año romería y campaña coinciden en el tiempo. Por eso las hermandades han acordado con todos los partidos retirar los carteles electorales y evitar cualquier tipo de propaganda o acto político que pueda interferir en el desarrollo de esta tradición. "Desde las primeras elecciones" explica el presidente de la Hermandad del Rocío, Juan Ignacio Reales "se puso en marcha la máxima de que en El Rocío acababa la política y así espero que así sea también este año".

Pasarán apenas unas horas desde que sepamos quienes ganan estas elecciones hasta que se produzca el tradicional "salto de la verja", y en una población que pasa en unos días de tener apenas mil habitantes a recibir un millón personas, puede ser complicado llegar hasta los colegios electorales el domingo. Por eso la Guardia Civil ha decidido poner en marcha un dispositivo especial para facilitar la salida y entrada de los que deseen depositar personalmente su papeleta o tengan que formar parte de las mesas electorales. De momento, y aunque la romería no empieza hasta el viernes, algunas cofradías ya han comenzado el trayecto para llegar a tiempo para ver a la virgen... y votar. Devoción y obligación van de la mano.