Ocuparse de lo importante. Los refugiados, por ejemplo
Hoy el ojo de José María Izquierdo sobre el rechazo de España a los criterios de la Comisión Europea para repartir el número de asilados
El ojo izquierdo: ocuparse de lo importante. Los refugiados
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Madrid
A veces se nos echan encima las grandes realidades y logran ruborizarnos porque sigamos perdiendo el tiempo en asuntos minúsculos y hasta ridículos. ¿De verdad hay que preocuparse por las relaciones entre Ana Botella y Esperanza Aguirre, por poner uno de los ejemplos más irrisorios, cuando andamos los europeos de pelea por acoger a unos cuántos refugiados de más o de menos? El drama de los 16 millones de desplazados de los países más pobres o sacudidos por el terror de la guerra, según Naciones Unidas, se ha convertido en un espectáculo dantesco. Somos testigos de las vallas con cuchillas en nuestro país, a escasos metros de urbanizaciones de lujo, o de las tragedias en el Mediterráneo, esos 800 inmigrantes ahogados hace ahora un mes cuando intentaban llegar a Sicilia, pero también se cuentan por miles los muertos en el Índico.
No le gusta a García Margallo, el ministro español de Exteriores, los criterios que va a utilizar la Comisión Europea para distribuir a algunos miles de refugiados, una miseria respecto al total de almas en pena que malviven en condiciones deplorables. Es posible que puedan afinarse esas normas, claro. ¿Pero de qué pasta están hechos estos políticos que sacan pecho por el enorme crecimiento de su país, cuando tanto logro no sirve para atender a 20.000 seres humanos en peligro de muerte?
¿De qué éxito hablan?
