Algunos vigorosos consejos

Madrid

Siempre que se habla de la necesidad de modernizar la economía española se alude al mercado laboral. Un país con un índice de desempleo de casi el 24% debe hacer reformas laborales, eso parece evidente, aunque no es cierto que exista un único modelo, sino que hay un catálogo relativamente surtido de reformas en el que puede comparar y elegir. Pero de lo que no se habla, y seguramente debería ser igual de citado y de evidente, es de la necesaria reforma del tejido empresarial de este país. Y en el fondo se podría decir que el mercado laboral español está más próximo del mercado laboral francés o italiano que el tejido empresarial español de esos mismos espejos.

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Poco antes de que estallara la crisis, el índice de paro en Italia era de casi el 6% y en España, de casi el 8%. Italia, con muchas menos reformas laborales que en España y con un mercado de trabajo, según los expertos, menos flexible, ha pasado de ese 6 al 12.7% de paro en 2015 y España, con bastantes más cambios, ha llegado del 8% al 23,7% de desempleo. Algo debe pasar con las empresas de uno y otro país para que ofrezcan resultados tan distintos, puesto que es imposible achacarlo a legislaciones laborales dispares. El observador menos atento se da cuenta de que el empresariado italiano es más resistente, más sólido que el español, hablando, por supuesto, en términos generales.

Así que cuando la Comisión Europea reclama más reformas en el mercado laboral español uno se pregunta por qué no se atreven a dar también algunos vigorosos consejos sobre este otro asunto.