“Se sigue pensando en hombres cuando hablamos de asumir responsabilidad”
Hay casi 3.4 millones de jefes en España, pero en los puestos de responsabilidad sólo un 22% son mujeres. Hablamos con Marisa Soleto, presidenta de la Fundación Mujeres
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Madrid
Según el INE hay casi 3.4 millones de personas en España con subordinados a su cargo, es decir, hay más de 3 millones de jefes. De cada cinco trabajadores, uno de ellos es jefe en algún nivel. Jefe en masculino porque las mujeres en los puestos de mando siguen siendo muy pocas. Marisa Soleto es presidenta de la Fundación Mujeres
Marisa Soleto: “Se sigue pensando en hombres cuando hablamos de asumir responsabilidad”
07:31
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No parecen demasiados jefes considerando que la encuesta tiene en cuenta a toda persona que tiene subordinados a su cargo. Así que en una población de 16 millones con muchas medianas y pequeñas empresas no parece disparatado el número de jefes supere los tres millones.
La palabra - o eufemismo - para referirse a este fenómeno es "segregación vertical en el mercado de trabajo", es decir la reticencia a "admitir mujeres en puestos de responsabilidad". ¿Por qué se sigue dando? "Hace mucho tiempo, cuando las mujeres empezamos a entrar de forma masiva a puestos de trabajo se nos decía que nos faltaba experiencia y formación" para ascender, cuenta Marisa Soleto. Después de más de veinte años se nos sigue diciendo lo mismo; "estos dos factores que nos impedían ser jefas se iban reparando, pero seguíamos sin poder acceder" "Cuando se piensa en una persona capaz de asumir responsabilidad, se sigue pensando en hombres, no en mujeres"
Este problema sigue muy anclado en los estereotipos y prejuicios que tenemos. Se podrían calificar en dos familias: la de la responsabilidad y la del mando. Es decir, se busca que un jefe tenga una disponibilidad plena "y a las mujeres se nos presume que no tenemos tanta disponibilidad". Además, "se prejuzga que las mujeres carecemos de garra", por lo que no se van a imponer en su liderazgo.
¿Cómo mejorar la situación? Con concienciación y políticas que favorezcan la desaparición de la brecha. "El único recurso que ha sido efectivo es establecer un mínimo de representación", lo mal llamado para la presidenta como "cuotas". "Cuando tenemos constatados que existen estos obstáculos a las mujeres, debemos procurar mecanismos para las empresas", razona Soleto.