Monedero y las muchas preguntas sin respuesta

Madrid

Qué raros son los partidos políticos. Comparten esa cualidad tanto si son centenarios como creados antes de ayer. Juan Carlos Monedero, que tan importante parecía en el novedoso Podemos, ya ha dicho adiós. Mantiene, eso sí, su amistad con alguien tan grande como Pablo Iglesias, dice un tanto pomposamente el dimisionario, y su compromiso con Podemos. Una amistad correspondida, por cierto, porque Iglesias le ha dedicado similares cariños.

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Pero a continuación a este Ojo le surgen las dudas. Si se ha ido Monedero o le han ido, sería la primera pregunta. Porque el citado ya llevaba meses, desde algunas informaciones un poco comprometidas sobre sus ingresos de ultramar, algo apartado de la primera fila. Sumemos a ello que el orden en que ayer se produjeron los acontecimientos fue, también, bastante enrevesado. Por la mañana critica a su partido y por la tarde dimite. ¿No hubiera sido más lógico al revés? ¿O es que acaso lo segundo ha sido la consecuencia de lo primero, o ha pasado lo primero porque ya sabía lo segundo? Ya les digo, un lío, un jaleo, un gatuperio.

Pero aún hay más preguntas. Por ejemplo, estas dos que van como cerezas: ¿Tiene razón Monedero y Podemos, en tan poco tiempo, se ha dulcificado y se parece cada vez más a los partidos establecidos?

¿Y si eso ha ocurrido, es bueno o es malo?