'La sombra del actor'. El show de Pacino
Al Pacino y Greta Gerwig interpretan esta comedia negra que relata la crisis existencial de un actor en decadencia. Después de Michael Keaton en Birdman, Al Pacino retrata la vieja gloria deprimida.
Madrid
Adaptación del libro, The Humbling, de Phillip Roth, La sombra del actor relata el calvario de un actor depresivo en decadencia que intenta encontrar de nuevo la ilusión iniciando una relación con una joven lesbiana. La versión cinematográfica de Barry Levinson (Rainman, Good Morning Vietnam) no termina de funcionar pero el retrato que Al Pacino hace de sí mismo es fascinante.
El universo recurrente sobre la vejez y la enfermedad de Phillip Roth queda perfectamente retratado en la cinta. La ironía y la tragedia se entrelazan sin descanso en cada secuencia. El inicio de la película promete una comedia negra eficaz. La vieja gloria encarnada por Al Pacino, devastado por la soledad, la frustración y el paso de los años, que habla con su psicólogo por Skype, interesan inmediatamente. Pero pronto el relato se embarca en historias improbables, incluso en el universo disparatado creado, y nos asedia con personajes chiflados que solo perturban su lento descenso hasta el aburrimiento. Algunas escenas hilarantes se salvan del hundimiento, la escena de Pacino en el veterinaro es muy divertida.
La nostalgia del actor por sus días de gloria se muestra de una manera burda y de una manera demasiado recurrente, y todo evoca sin cesar a Michael Keaton y sus circunstancias en Birdman, las reminiscencias, las comparaciones no cejarán hasta el final. ¡Ay el final!
Es comprensible que Al Pacino se haya identificado con este personaje y haya querido adaptar la novela. El papel es un regalo para el actor que brilla en sus monólogos y en sus divagaciones. Greta Gerwig de partenaire también da la talla. Pero reencontrarnos con Pacino, al que echábamos mucho de menos, no compensa las debilidades del film al que le falta coherencia y dirección.
