Cuentos de hadas
¿Cómo es posible que el ciudadano moderno, desconfiado en extremo, que exige certificado de garantía para todo cuanto le afecta o adquiere, desde una vivienda hasta un yogur, se trague sin rechistar los incumplimientos y cambios de sentido de los programas electorales?
Madrid
Es un milagro que la fe en la democracia pueda sobrevivir al burdo mercadeo de las promesas electorales. Veamos al PP. Ganó las elecciones con un programa, lo cambió cuando se hizo con el poder y lo cambia de nuevo ahora porque se acercan las elecciones. Bajada de impuestos, revisión de su política sobre la asistencia sanitaria a inmigrantes, paquetes de medidas sociales que se ultiman para la campaña.
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Iñaki Gabilondo, en la Cadena SER / JAVIER JIMÉNEZ BAS
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Iñaki Gabilondo, en la Cadena SER / JAVIER JIMÉNEZ BAS
¿Cómo es posible que el ciudadano moderno, desconfiado en extremo, que exige certificado de garantía para todo cuanto le afecta o adquiere, desde una vivienda hasta un yogur, se trague sin rechistar los incumplimientos y cambios de sentido de los programas electorales? ¿Cómo es posible que seres humanos adultos acepten que se traicione o se adultere lo que es, en definitiva, un compromiso contractual?
Este baile de disfraces, sumado ante la desvergüenza ante la corrupción, tiene carácter de patochada, a la que nadie en sus cabales otorgaría crédito y, sin embargo, por razones misteriosas, millones de ciudadanos se lo otorgan. Por este camino, la democracia no tardará en convertirse en un cuento de hadas.