Volver, volver y volver
Algunos se van de vacaciones pensando en la vuelta. No disfrutan cuando se van y mucho menos cuando vuelven.
Volver (del latín volvere). Casi una treintena de acepciones recoge el diccionario de la Real Academia de la Lengua.
Para este día nos bastarían un par de ellas: "6. tr. Poner o constituir nuevamente a alguien o algo en el estado que antes tenía". Es decir, volver a las prisas, a dormir poco, al stress, a trabajar, a llevar y recoger a los niños del colegio. "20. intr. regresar (al punto de partida)"; que supone y conlleva todo lo anterior.
Pero para ilustrar estas notas sobre "volver" la que más me ha gustado ha sido esta "25. prnl. Dicho de ciertos líquidos, especialmente del vino: Acedarse, avinagrarse o dañarse". Porque realmente uno se avinagra cuando vuelve de vacaciones y hasta se daña cuando duerme poco o el estrés le nubla la razón. Y no hay carrera que salve llegar tarde a por los niños o al supermercado. ¿Y quién no se avinagra?
"Pasar de un periodo de inactividad, descanso, relax e improvisación y ausencia de horarios a otro de trabajo, prisas, obligaciones laborales y familiares, rigidez de horarios... constituye, sin duda, un cambio que requiere una adaptación progresiva"; nos dice la psicóloga Inmaculada G.G.
Pero claro, ese periodo de adaptación no siempre es posible, sobre todo cuando se trata de tiempos vacacionales cortos. ¿Hay algún mecanismo para, algún método, algún remedio para evitar el "bajón"? Esta profesional nos responde que "no debemos ponernos expectativas en las vacaciones. Deben vivirse como un periodo de descanso pero siendo conscientes de que se tratan de una parada para disfrutar y cargar las pilas. Reponer fuerzas para continuar".
"Las vacaciones no deben ser la solución a los problemas del día a día. Considerarlas de ese modo, pueden generar frustración y angustia una vez que volvamos a la realidad"
Inmaculada recomienda retornar al trabajo "con buena predisposición y actitud positiva. Otro aspecto a tener en cuenta es no incorporarse de forma inmediata después del regreso de las vacaciones. En días previos hemos de realizar actividades que permitan adaptarnos paulatinamente a nuestra rutina diaria, iniciando así un proceso de adaptación progresiva: planificar, organizar, priorizar, y estructurar gradualmente las responsabilidades" (...) reiniciarse en el trabajo no ha de implicar una ruptura radical con aquellas otras actividades que nos permitan disfrutar. Hay que seguir buscando espacios para uno mismo"
La adaptación a la rutina diaria es básicamente cuestión de actitud y de tiempo; insiste.
Ya saben cuál es la teoría. En la práctica, lo que siempre ocurre es que hay que volver.
Esther Bazán
Editora de informativos, boletines y programas especiales. Dirigió, editó y presentó los informativos...