Un aplauso que significa mucho más
Djokovic superó a Ferrer pero acabó aplaudiéndole en reconocimiento a su entrega incansable
El tenis es un deporte poco dado a gestos de concordia cuando la pista aún está caliente tras la batalla. Los jugadores suelen sosegarse y decir las cosas bonitas en la zona de prensa, sin embargo en el partido de cuartos de final entre Djokovic y Ferrer se dio una bonita excepción.
Cuando todo había acabado y Ferrer ya había dado la espalda al serbio para marcharse cargado al vestuario, el serbio comenzó a aplaudir a su rival. Le siguió la grada y Ferrer suspiró. No tuvo una victoria de regalo de cumpleaños, pero sí un reconocimiento inmejorable, el del número uno del mundo. Fue por esto:
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Ferrer lleva sin ganar a Nole desde 2011, cuando aún tenían un cara a cara incluso parejo, desde entonces el serbio siempre ha estado muy por encima pese a que David siempre le hace partido. El jueves por la noche no fue diferente y el guion se repitió. Ferru empezó bien, rompió el saque e incluso flirteó con el 4-0, pero Novak siempre acaba encontrando el camino.
El segundo set fue a la inversa, Ferrer fue a remolque tras ceder su saque de primeras y aún así fue juego a juego cerrando el puño esperando una oportunidad. La tuvo y la aprovechó con 5-4, pero a la siguiente Djokovic volvió a tomar ventaja. Acabó el partido 7-5/7-5 tras casi dos horas y tras un emotivo abrazo se fue cada uno a su silla. Así hasta que llegó el aplauso.