Cómo vivir 100 años (si el tiempo y la salud lo permiten)
España es el tercer país del mundo, después de Japón y Francia, con mayor número de centenarios. La felicidad, la dieta mediterránea y el deporte son claves para la longevidad.

Jeanne Louise Calment vivió 122 años

Madrid
Japón, Francia y España son, por este orden, los tres países del mundo con más centenarios. A falta de poder vivir eternamente, es instintivo que el ser humano desee conservar la vida el mayor tiempo posible. El elixir de la eterna juventud no existe, pero las personas más longevas del mundo, aquellas que han superado la barrera de los 100 años, han venido revelando al mundo durante siglos las claves para vivir una larga (y próspera) existencia. La mayoría son de sentido común, pero parecen incompatibles con los tiempos que nos han tocado vivir. Sin contar con la herencia genética o las necesidades médicas, los podemos resumir en tres:
Vivir sin estrés
La persona más longeva registrada en el mundo fue la francesa Jeanne Louise Calment. Vivió 122 años, entre 1875 y 1997. Sobrevivió a su hija y a su nieto. Como su marido era rico, nunca trabajó y dedicó la mayor parte del tiempo libre al ocio. Pero vivir muchos años no depende solo del bienestar económico: el perfil del centenario japonés, el más abundante en todo el planeta, vive en zonas rurales con pocos bienes. En España, ocurre lo mismo con los mayores de Castilla y León, Galicia y Asturias. El dinero no da la longevidad, aunque pueda ayudar. Nuestros centenarios demuestran una sabiduría adquirida con los años. Relativizan los problemas, perdonan y olvidan a mayor velocidad. No se trata solo de un estado mental. La ausencia de preocupaciones y de tensiones es el denominador común de aquellos que pasaron más tiempo entre nosotros.
Hacer deporte
La propia Calment no paró de hacer deporte durante toda su vida: tenis, ciclismo, natación, patinaje… A los 85 años seguía practicando esgrima y montó en bicicleta para celebrar su centenario. Según los médicos, lo más importante es hacer mucho deporte a edad temprana. Un ejercicio físico que hay que compatibilizar con un buen descanso. Todos los centenarios reconocer dormir, como poco, ocho horas al día.
Comer bien
Por lo general, aquellos que cruzaron la barrera del siglo de vida son de buen comer. Si pueden, todo lo que les gusta, aunque lo que más ayuda es la dieta mediterránea, con más pescado que carne, pocas grasas, muchas verduras, regarlo con aceite de oliva y acompañarlo con una copa de vino. La clave está en comer bien, sin atiborrarse. Antes de morir, Calment reveló un secreto más de su dieta: un kilo de chocolate a la semana.
Siempre está uno a tiempo de cambiar de costumbres para vivir algo más. Las prisas, las tensiones, los malos hábitos en la alimentación y otros factores, como la contaminación o la radiación solar, afectan en estos tiempos a nuestros marcadores de envejecimiento. Hay que sumar la vida sedentaria: hay estudios que desaconsejan ver mucho la televisión. También en este caso, la radio es mucho más beneficiosa para la salud.