Imposible fiarse

Madrid

Creíamos que las marrullerías y la ocultación habían terminado en el sector bancario, pero no es así. Ayer, un juzgado declaró concurso de acreedores y ordenó la liquidación del Banco Madrid, después de la intervención del Banco de España el día 10, una intervención que todavía no hemos entendido.

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Los trabajadores dicen que esa intervención no fue necesaria y que es la culpable de la hecatombe posterior. El Banco de España, según su costumbre, o no lo explica o lo explica en chino. El hecho es que todavía esta mañana usted, en la sala de espera del dentista, o esta mañana usted, en la revista que le van a dar en los aviones, va a encontrar publicidad de Banco Madrid, publicidad a página entera con ocho líneas de referencia de solvencia, que nos remiten a todos los controles cumplidos religiosamente con todo organismo grande o chico que tenga que ver con estas cosas.

Pero, mientras se estaba autorizando esta publicidad, se estaba interviniendo. ¿Qué pasó entonces? Ahora, con esa publicidad en la mano, nos resulta grotesca la presunta autoridad y los presuntos expertos, e insolventes los presuntos solventes. Seguimos siendo incapaces de fiarnos de este sector.