Elecciones para aliviar la desesperanza
Soledad reflexiona sobre el futuro electoral de Israel, que este martes celebra sus elecciones legislativas
La mirada de Soledad Gallego-Díaz
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Madrid
Hay presidentes del Gobierno, primeros ministros, que con tal de permanecer en el poder son capaces de comprometer el futuro de su propio país, sin siquiera pestañear. El primer ministro israelí, Benjamín Netanhayu, que busca a la desesperada el voto de los nacionalistas más extremistas en las elecciones que se celebran hoy, martes, lleva días lanzando provocadoras advertencias.
Ayer aseguró que, si gana las elecciones, rechazará cualquier posibilidad de que se cree un Estado palestino en tierra palestina. Días antes prometió que seguirá con la política de colonización de los territorios ocupados, una política absolutamente contraria a la legislación internacional, y que hará de Jerusalén una ciudad solo israelí. En el fondo, Netanyahu no ofrece ninguna solución a los ciudadanos israelíes que no sea mantener las cosas como están por la fuerza. Es decir, seguir imponiendo la voluntad del Gobierno de Israel en unos territorios que no le pertenecen y que toda la comunidad internacional, incluido su principal socio, Estados Unidos, no le reconocen.
Netanyahu lleva años enviando un mensaje terriblemente pesimista pero no solo a los palestinos, sino también a los israelíes, a los que se condena a sufrir la violencia y a ejercer la opresión. Las elecciones de hoy pueden quizás aliviar la desesperanza y permitir que Israel salga del peor callejón en nunca se ha metido.
Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico 'EL PAÍS'. Actualmente firma columnas en este diario y publica...