"Cuando Acebes afirmaba que el 11-M era cosa de ETA mentía a sabiendas"

Madrid

Dice José Bono que ha sido una coincidencia que la presentación de esta segunda parte de sus memorias se haya producido, precisamente, cuando se cumplen once años de los atentados del 11-M, un suceso del que se ocupa con detalle en este 'Diario de un ministro'. En concreto, el libro incluye una carta que el entonces ministro de Defensa envió al presidente Zapatero explicándole la información que, antes de los atentados, manejaba el gobierno de Aznar sobre el riesgo de un ataque islamista en nuestro país. “El CNI alertó a Interior sólo tres días antes, el 8 de marzo, de que el peligro de un atentado islamista era inminente”, sostiene Bono. El exministro ha explicado en ‘Hoy por Hoy’ que su intención no es entrar en el debate de si se pudo o no evitar la tragedia, sino poner de manifiesto que el entonces ministro Ángel Acebes “cuando salió diciendo que había sido ETA mentía a sabiendas. Con este libro quiero contar la verdad y reivindicar al presidente Zapatero”.

El también expresidente del Congreso acusa, además, al gobierno de José María Aznar de buscar “un rédito electoral con una mentira sobre la autoría del atentado más grave de la historia de España”. Preguntado por Pepa Bueno sobre si debía haber hecho pública antes esta información, Bono defiende que, como ministro de Defensa, “lo que hice fue comunicárselo al presidente. Cumplí con mi obligación de manera muy diligente”.

José Bono no sólo se ocupa en sus memorias del atentado más sangriento cometido en nuestro país, también señala a los responsables del accidente militar más grave en la historia de nuestras Fuerzas Armadas. ‘Diario de un ministro’ incluye una carta del entonces Jefe del Estado Mayor de la Defensa y actual Director del CNI, Félix Sanz Roldán, en la que sostiene que “se sabía que los aviones habían recibido muchas quejas de sus usuarios”. Bono reconoce que ha dudado hasta el final si publicar o no esa carta referente al Yak-42, y aporta un dato que considera escalofriante, “Ripollés mandó un mail a un compañero horas antes de tomar el avión en el que murió, y le dice “voy a subir a un avión que con sólo ver las ruedas me da taquicardia”. Roldán me informa de que se sabían las quejas y no se hizo nada. Y de que los cadáveres estaban mal identificados pero tenían prisa en enterrarlos, por eso dedico el libro a esos 62 militares”.

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El exministro no sólo ha cargado contra los culpables del accidente, “que los hay”, sino también contra los que “los absolvieron de la grave culpa de contratar unos aviones en los que no habríamos montado con nuestros hijos. No sólo los absolvieron, sino que el gobierno de Rajoy indultó a los condenados”. Bono sostiene que tanto esa carta como el resto de la información que publica en el libro se adjuntaron al sumario de la causa y que él mismo aportó toda la documentación durante el proceso, claro que sin consecuencias: “cuando yo informo al Congreso y no sólo al juez de esto que publico no me hicieron ni puñetero caso. Les interesaba más salvar a los suyos”.

Otro de los asuntos a los que José Bono dedica más espacio en este segundo tomo de sus memorias es a la negociación del Estatut de Cataluña y a las tensiones que rodearon al proceso. Un ejemplo es esa frase literal que el actual president de la Generalitat le espetó, según Bono, al entonces presidente Zapatero. “Me lo ha contado Zapatero, y como el asunto es tan grave le he pedido que me lo confirme y he guardado el mail en el que me lo dice”. En su opinión, “esto pone de manifiesto la poca seriedad que algunos políticos dan a valores sustanciales como la soberanía nacional. Ya sabemos lo que los secesionistas dicen en público y lo que dicen en privado al presidente del gobierno”. Y ha lanzado este desafío, “si se atreven, que lo nieguen”.

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El veterano político socialista cree que el sistema del 78 necesita cambios, y le gustaría que fuera su partido, el PSOE, el que “tuviera fuerza y ganas de encabezar un proceso constituyente”. José Bono niega que este tipo de iniciativas sean atribuibles en exclusiva a Podemos, partido del que se ha desmarcado “nadie en su sano juicio ve a Bono cerca de Podemos”. Sobre la cena que organizó en su casa, y en la que se sentaron a la mesa el expresidente Zapatero, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, Bono ha defendido que “Pedro Sánchez fue informado y con detalle de esa cena a la semana de que ocurriera. Alguien, sobreactuando y equivocadamente, creyó que podría ir en contra de Sánchez”. En este sentido, ha querido enviar un “mensaje a los compañeros socialistas que escuchan esta emisora: pocos han hecho más que Bono en favor de Pedro Sánchez”. Y ha zanjado así la polémica, “con 64 años y con mi historial en el partido, yo como y ceno con quien me da la gana”.

José Bono ha defendido el trabajo del actual líder del PSOE, de Pedro Sánchez, y ha destacado que es “el primero que hace perder los papeles al presidente del gobierno. Eso lo consiguió Pedro con unas dotes oratorias y una fuerza interior extraordinarias”. El exministro ha defendido que Sánchez está en la línea de “encabezar ese proceso que me atrevo a llamar constituyente”.

José Bono, que se ha declarado católico en múltiples ocasiones, cree que el Papa Francisco “está haciendo mucho bien a la Iglesia”, y ha contado que tiene en su casa una carta manuscrita del Pontífice “enmarcada por delante y por detrás”. “He tenido la enorme suerte de que publiqué un artículo sobre el Papa y tiempo después, cuando estaba jugando al mus en mi pueblo, llegó la cartera y me dijo “¡Pepe, que te ha escrito el Papa!”, un detalle por el que estoy emocionado, encantado”. El que hasta hace unos meses era el líder de la Iglesia en nuestro país, José María Rouco Varela, también protagoniza una anécdota en el libro de Bono, que reconoce que no ha consultado con el Rey Juan Carlos su publicación. “La Reina le pregunto si era verdad que Rouco tenía posibilidades de ser Papa, y el Rey nos dijo a todos: “si Rouco es Papa, que Dios nos pille confesados”. Claro que era una época en la que no había día en que una emisora vinculada a la Iglesia insultara, por ejemplo, a la infanta”, ha explicado el exministro, que sostiene que “ningún gobierno del mundo trata mejor a la Iglesia de lo que la trató el gobierno de Zapatero”.