La fábula de la rana y el escorpión
Rajoy aceptó finalmente que Aguirre fuera candidata como un mal menor, convencido por los sondeos de que es la única con posibilidades de evitar el naufragio en Madrid
La fábula de la rana y el escorpión
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Madrid
Visto lo ocurrido con Esperanza Aguirre y la dirección nacional del PP, el golpe de mano que dio Pedro Sánchez con la destitución de Tomás Gómez parece un trabajo de cirugía fina. "Pedro le clavó limpiamente un puñal en el costado a Tomás", decía este domingo un alto dirigente popular. "Nosotros hemos querido hacer lo mismo y hemos acabado hechos unos zorros".
Rajoy aceptó finalmente que Aguirre fuera candidata como un mal menor, convencido por los sondeos de que es la única con posibilidades de evitar el naufragio en Madrid. Y como es habitual en él, dejó que fueran otros los que realizaran la maniobra de conseguir a cambio el control del partido en Madrid. Pero da la impresión de que la jugada no se remató y además se midieron mal las fuerzas, otra vez.
Primero se intentó que Aguirre aceptara la candidatura a cambio de entregar la presidencia del PP de Madrid. Pero la negativa de la recién nominada vino acompañada de un gran órdago público ayer con la lideresa clamando: “Si me quitan el PP de Madrid, me voy, a mí no me hacen las listas y el programa gente con la que no coincido”. ¡Ojo!, gente con la que no coincide del PP.
Ante el desafío público, el PP nacional cambia el paso. Y dice ahora que lo que en realidad se pactó fue que abandonaría la presidencia regional del partido solo si resultaba elegida alcaldesa. Ya veremos, contesta ella.
Que un partido saque en mitad de un domingo un comunicado explicando lo que pactó o dejó de pactar con el elegido para encabezar la candidatura de la capital de España roza el bochorno. Porque deja claro quién tiene la sartén por el mango y da idea de cómo entiende el PP los mecanismos de democracia interna para poner o quitar direcciones regionales.
En conclusión, Esperanza Aguirre será la candidata del Partido Popular al Ayuntamiento de Madrid. Fiel a su estilo, intentará hacer su propia campaña para distanciarse de un PP achicharrado y de la amenaza de Ciudadanos. Y Mariano Rajoy recordará estos días la fábula de la rana y el escorpión. Aquella en la que el escorpión, después de prometer que se portaría bien si le ayudaban a cruzar el río, acabó picando a la rana a mitad de recorrido. No puedo evitarlo, le explicaba a la rana mientras se hundían, está en mi naturaleza.
