Al Congreso también se le puede responder desde la calle

Madrid

Gobierno un algunos partidos políticos han coincidido hoy en la crítica a Podemos por el mitin de ayer de Pablo Iglesias, respondiendo a la intervención de Rajoy en el debate sobre el estado de la Nación. No tiene representación parlamentaria, no pudo hacerlo en la tribuna del Congreso y llevo su respuesta a esa plaza que él conoce también, a la calle, al mitin.

Hoy algunos partidos, con el PP a la cabeza, le recuerdan que no se ha ganado en las urnas el liderazgo de la oposición. Y esto es una verdad como un templo, pero esto no impide que pueda erigirse como oposición no parlamentaria y responder a los que con los votos si se han ganado su representación en el Congreso.

Pensar que hoy la política solo se hace en el Congreso o en las instituciones es seguir pensando en un modelo que ahora mismo tiene las costuras rotas, y por las costuras se cuelan nuevas formaciones, por las costuras se cuelan también los ciudadanos, las plataformas, y todos ellos son política, todos ellos hacen política. Por eso al Congreso también se le puede responder desde la calle.

Quizás Pablo Iglesias peque de prepotencia al considerarse la única oposición, las encuestas les dan buenos resultados, pero todavía hay que votar. El galón de oposición parlamentaria se lo tiene que ganar el de oposición ciudadana ya lo tiene, y con el, el derecho de expresar sus opiniones de la manera que quiera. Porque es verdad que entre todas las imperfecciones y debilidades de nuestra democracia no está la del funcionamiento del Congreso como cámara de representación popular, quién allí habla se lo ha ganado con los votos de los ciudadanos, aunque a Rajoy le gustaría que Pedro Sánchez no volviera intervenir allí. Pero el buen funcionamiento de la democracia quiere decir también llevar la política a la calle. La nueva política o los nuevos tiempos de la política, representados ayer en la respuesta de Pablo Iglesias a Rajoy o incluso con el discurso de otro profesor universitario convertido en candidato, Ángel Gabilondo.

Quien no quiera entenderlo, tiene difícil encontrar un espacio en la regeneración de nuestra democracia.

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