Un mitin poco oportuno

Madrid

Los presidentes del Gobierno suelen utilizar los debates parlamentarios en época electoral para intentar mejorar sus posiciones. Pero una cosa es eso, y otra acudir al Congreso para dar un mitin en toda regla. Y eso es lo que hizo ayer Mariano Rajoy en el arranque del debate sobre el Estado de la Nación.

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El problema es que en los mítines el público no suele hablar. Y en el Congreso ayer, Rajoy se encontró con un nuevo jefe de la bancada socialista, Pedro Sánchez, con una nueva imagen, mucho más dura que la de su predecesor, dispuesto a enfrentarle desde el primer minuto y a negarle cualquier posible triunfalismo en el campo económico. Sánchez, muy apoyado por sus diputados, se empleó a fondo para combatir la imagen que quería dar Rajoy de sí mismo como el paladín que evitó que España fuera rescatada. “El rescate financiero es un verdadero rescate, y todo el mundo lo sabe, aunque usted lo niegue”, le dijo. Quizás Rajoy no esperaba un interlocutor tan duro, porque pareció irritarse sobremanera, hasta el extremo de sugerir insólitamente al jefe de la oposición que no vuelva a abrir la boca en el Congreso.

La verdad es que Rajoy se encontró con respuestas fuertes en prácticamente todos los grupos. Desde el nuevo portavoz de Izquierda Plural, el joven Alberto Garzón, con un buen debut parlamentario, hasta Rosa Díez, todos le acusaron directamente de mentir en el análisis de los datos económicos y de ocultar la corrupción en su partido. Diez en particular colocó la corrupción en el centro del debate y logró, una vez más, sacar de quicio a Rajoy, que llevaba toda la tarde huyendo del tema como de la peste. Pero la peste no se puede ocultar.