La decencia necesaria

Madrid

Dos millones de sirios han huido de la guerra y viven en campos de refugiados en Líbano, Turquía, Jordania y Egipto. Solo un dos por ciento, un miserable dos por ciento, ha sido acogido en la Unión Europea. Por el camino, un número indeterminado pero que suma varios miles, ha muerto ahogado en el Mediterráneo.

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Una diputada sueca lanzó esta semana un llamamiento para que todos los países de la Unión, de acuerdo con su población, PIB y otros baremos, se comprometan a acoger inmediatamente y de manera legal, mediante visados humanitarios, al menos a cien mil sirios. La euro-parlamentaria Cecilia Wikstrom denunció que en estos momentos simplemente no hay manera legal de que los sirios que huyen de la guerra y se hacinan en campamentos de Naciones Unidas pidan asilo, un derecho reconocido internacionalmente desde hace décadas. Y sin esos mecanismos legales, miles de ellos intentan a la desesperada llegar a las costas europeas en barcos de negreros. Suecia, un país de nueve millones de habitantes, se siente orgullosa porque ha dado visado a 26.000 sirios, prácticamente igual que Alemania, un país con 80 millones de habitantes.

Cien mil refugiados sirios al año… en una superficie de 4,5 millones de kilómetros cuadrados y entre 507 millones de habitantes. Eso es lo que reclama la diputada sueca. ¿Cuándo se va a levantar un diputado español en el Congreso para pedir al Gobierno que conceda visados humanitarios al pequeño cupo de refugiados que debería corresponderle? ¿No tenemos la decencia necesaria?