Una mañana escuchando las canciones que nadie escucha
Forgotify es un portal que recopila las canciones que nadie ha escuchado nunca en Spotify
¿Quién podría querer escuchar fragmentos de discursos de Franz Kafka entremezclados con un violín y la voz de una soprano? La respuesta es clara: nadie. Spotify está repleto de canciones y discos que nadie ha escuchado jamás. Es más, que nadie querrá escuchar nunca. Asumir eso como artista es duro. Durante años la vida de los discos de música ha estado ligada a su estancia en las tiendas. Se vendían o morían de pena y pasaban a un nuevo circuito comercial. Si en ese segundo mercado el disco seguía sin interesar a los potenciales compradores, el álbum acababa desapareciendo. Ningún tendero quiere dedicar espacio a un producto que nadie desea. Y ese disco manoseado pero virgen acababa en la basura, reciclado o quizá ayudando a otros amigos de igual destino a cuadrar la mesa coja del salón de la entrada.
La música que nadie escucha en Spotify
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¿Pero qué pasa con los discos que nadie quiere escuchar cuando no hay que pagar por ello ni molesta que ocupen ese espacio en la tienda? En Spotify, uno de los principales servicios de música en streaming, se calcula que hay cuatro millones de canciones que nadie ha escuchado nunca. Eso son 400.000 álbumes de diez canciones de media. ¿Qué pasa con ellos ahora que no molestan? Pues Forgotify les ha dado una nueva vida creando una fórmula para escuchar de forma aleatoria estos álbumes que tienen menos de 1.000 reproducciones. El descubrimiento de esta herramienta nos lleva a sumergirnos en ese océano de canciones sin oyentes para ver qué tipo de composiciones hay y cómo suenan.
El jazz de una estrella y el recopilatorio olvidado
Tras el susto inicial de toparnos con el discurso del señor Kafka y con una banda sueca de ruidoso rock metalero, la aplicación nos lleva a descubrir a Lena Horne, olvidada cantante de jazz de los años 30, voz de grandes big bangs y habitual en las noches del Cottom Club de Harlem. También fue actriz y su nombre tiene dos estrellas en el paseo de la fama de Hollywood. Hija de afroamericano e indígena, su carrera estuvo marcado por su compromiso social en la defensa de los derechos de las minorías. A lo largo de su carrera ganó cinco premios Grammy, el último por un disco de jazz de 1995 para el sello Blue Note. Horne falleció en Nueva York en 2010. Tenía 92 años. Su disco ‘We’ll be together again’ figura en esta lista de trabajos olvidados. Cruzarse con la mágica voz de Horne es una de esas cosas que te alegran la mañana.
El siguiente pinchazo en busca de música olvidada nos lleva a escuchar a Laurent Voulzy, en concreto el recopilatorio que en 2003 RCA editó con lo mejor del cantante francés desde 1977. Pop francés con lo mejor de Voulzy. La primera canción espanta un poco pero al rato se le pilla el punto a la música festiva y alegre de Laurent, un tipo capaz de vender en 2011 más de 300.000 copias de ‘Lys and Love’, un disco inspirado en la Edad Media, y de colocar su último recopilatorio entre lo menos escuchando en Spotify.
Del garaje de Nueva Jersey al rey del bolero antillano
El barco de las canciones olvidadas sigue su viaje y nos lleva al Nueva Jersey de los años ochenta para alucinar con el sonido garajero, sucio y romántico de Ronnie and the Jitters, una banda de corto recorrido que se hizo moderadamente conocida en el circuito neoyorquino de bares y locales como el Maxwell, el CBGB o el Max’s Kansas City. Apenas dejaron un disco antes de desaparecer y ese trabajo, 32 años después, se ha colado en esta lista de álbumes olvidados. La larga espera de ‘Roll over’ ha merecido la pena. En una industria donde es más fácil fracasar que tener éxito, ‘Roll over’ ha recorrido un truculento viaje para volver a sonar en unos altavoces.
Después de la grata sorpresa de Ronnie and the Jitters, el siguiente pinchazo en Forgotify nos lleva a la música de Chivirico Davila, un artista nacido en Puerto Rico en 1924 y que estuvo considerado como uno de los mejores cantantes de boleros antillanos a pesar de que el éxito nunca le acompañó en su carrera. Davila recorrió Sudamérica actuando con distintas orquestas antes de asentarse como solista en Nueva York. Durante su larga trayectoria colaboró con los grandes nombres de la salsa como Tito Puente y realizó giras por EEUU y Europa. Al margen de los buenos momentos, Chivirico Davila tuvo una vida complicada que incluye una visita a prisión por impago de facturas. El cantante puertorriqueño falleció en el Bronx de Nueva York en 1994 y con el tiempo su obra fue poco a poco cayendo en el olvido. ‘Y sonora mag’, el disco que aparece en esta lista aleatoria, resulta, sin embargo, un disco grande, un disco importante, un álbum perdido que ha tenido a bien cruzase en nuestro camino.
El siguiente paso en nuestro viaje nos lleva a descubrir la música del guitarrista Alberto Ponce, un maestro guitarrista español que desarrolló su carrera en Francia después de que fuese contratado como profesor en el prestigioso Fontainebleau Conservatory. La obra de Ponce se centra en la capacidad expresiva de la guitarra española, unos sonidos que pasan de los más barrocos y clásicos a los más innovadores. ‘La guitare au xx siecle’, su álbum de 1993, es uno de esos trabajos hipnóticos y seductores que nunca serán comerciales pero sin cuya existencia la música se sentiría más huérfana de maestros.
La última parada de la mañana nos lleva hasta la música de Cab Calloway, legendario cantante de jazz cuya banda fue una de las orquestas afroamericanas más importantes de los años cuarenta. Por su formación pasaron músicos de renombre como Dizzy Gillespie y Adolphus Cheatham. A pesar de que los años dorados de las orquestas quedaron en el olvido con la llegada de los años sesenta, Calloway se mantuvo en los escenarios hasta su muerte, a los 86 años, en 1994. Durante su carrera participó en varias películas, obtuvo un gran éxito con su canción ‘Minnie The Moocher’ y se convirtió en un respetado bailarín hasta tal punto que apareció en la película de los Blues Brothers con sus peculiares pasos de baile y cantando su gran éxito vestido de punta en blanco con su flequillo cortinilla y si fino bigote. Una joya.
Tras un viaje de varias horas por las canciones sin oyentes el camino llega a su fin, un final sorprendente. Aunque el camino es aleatorio y los resultados pueden llevar a conclusiones muy diferentes, no es descabellado afirmar que hay grandes obras totalmente olvidadas. El tiempo es probablemente el principal culpable de ello. Muchos de estos trabajos tienen más de treinta o cincuenta años y sus autores son totalmente ajenos a la generación de consumidores de música online. Forgotify ofrece la posibilidad de apadrinar una de estas obras, de ser su oyente, de sentir el privilegio de ser el único que se acuerda de ellas.