¿Una top model de 9 años?

Madrid

Kristina Pimenova tiene nueve años y es una mini top model. Iba a protagonizar hoy un desfile de ropa infantil en la pasarela de la Barcelona Fashion aunque por "motivos burocráticos" no ha podido hacerlo. Lleva en la profesión desde los tres años, con los privilegios y con las cargas propios de un mundo muy exigente. Se la disputan las principales firmas, las revistas de moda más importantes, tiene millones de seguidores en las redes y un importante caché. Su precocidad suscita una pregunta legítima sobre si su vocación por la pasarela ha sido innata o inducida. Su agenda repleta, la sobreexposición mediática, su falta de privacidad y, sobre todo, las exigencias de una estética a veces sugerente, provocativa y sexualizada casarían mal con los patrones que imaginamos en una niña.

Muchas profesiones tienen precoces profesionales. Y un joven talento suele esconder una biografía infantil cargada de sacrificios impropios de un niño. Pero que sea no significa que deba ser. Quizá la moda, que ya ha llegado a la conclusión de que no puede exhibir mujeres embutidas en un cuerpo de niñas, también deba plantearse que tampoco puede hacer desfilar a niñas como si fueran mujeres. O quizá no. Esta es la polémica.