¿Y por qué sería mejor leer a Proust que el Qué me dices?
El análisis del filósofo de Hoy por Hoy José Luis Pardo
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Una mujer leyendo en la Plaza de Oriente de Madrid / JAVIER JIMÉNEZ BAS
![Una mujer leyendo en la Plaza de Oriente de Madrid](https://cadenaser.com/resizer/v2/PKIGD5TSPNIPZDDL6YR45NJBVQ.jpg?auth=ec12a227e0b82307e5b1397e037f13e81044bad0d21e54654d00641c431b1d96)
Madrid
La noticia es que en España se lee poco. Esto no sería malo en sí mismo (porque la mayoría de lo que se escribe es muy malo), y podría ser que los lectores españoles fueran muy exigentes y selectivos. Pero no. Mucho de lo que se lee es de muy poca calidad: aunque la encuesta habla piadosamente de “novela histórica”, me temo que la cosa está más cerca de Dan Brown que de Robert Graves o Marguerite Yourcenar, para entendernos, en el caso de que alguien recuerde aún quiénes eran Yourcenar o Graves. Finalmente, hay bastantes personas que no leen en absoluto, sino que ven la televisión o hablan (o hacen alguna otra cosa) por el móvil. ¿Y por qué tendrían que leer? ¿Y por qué sería mejor leer a Proust que el Qué me dices? ¿Se acuerda alguien de la respuesta a estas preguntas? Yo creo que muy pocos. Por eso disimulamos y nos distraemos hablando de cuántos saben lo que es un e-book o de si se lee el periódico por Internet o no, como si lo importante fueran los contenedores y no los contenidos de la lectura, igual que nos matamos porque nuestros hijos tomen clases de biología en inglés pero no nos preocupa si aprenden biología de verdad o sólo mal inglés.
'¿Y por qué sería mejor leer a Proust que el Qué me dices?'
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La verdad es que los porcentajes de analfabetismo funcional son casi los mismos año tras año, encuesta tras encuesta, desde hace mucho tiempo, lo que prueba que el asunto no le preocupa mucho a nadie, y menos que a nadie a los que mandan, y que no se han hecho esfuerzos relevantes para mejorar la situación. No importaría mucho si la lectura fuera sólo un entretenimiento privado (la televisión y el móvil también entretienen mucho). Tampoco si fuera sólo un negocio para unos cuantos editores y unos pocos autores (hay otros negocios más rentables). Lo malo es que la lectura —los buenos libros y los buenos periódicos— son la columna vertebral sobre la que se ha constituido la cultura ilustrada de las sociedades modernas en las que vivimos, la experiencia central que sustenta su capacidad crítica y su poder de innovación y de conocimiento. Verán ustedes como el Ministerio de Educación se pone hoy mismo manos a la obra.