"Rojo previsible e impotente al fanatismo religioso"
El ámbar para la bajada del precio del petróleo y verde para Sara González, la madre de los 1.500 euros
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La realidad de Millás en tres colores
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Barcelona
Rojo previsible e impotente al fanatismo religioso que continúa atravesando las entrañas de la historia como un hilo de acero al rojo vivo. La sangre derramada por unos y por otros en el nombre de Dios daría ya para la creación de un mar. De un mar muerto.
Ámbar, a la bajada del precio del petróleo que a primera vista, según los expertos, es buena porque lo pone todo más barato, y a segunda, también según los expertos, es mala porque lo pone todo más barato.
Verde, a Sara González, la chica de los 1.500 euros, a la que vamos a meter en la cárcel con su bebé, un lactante de dos meses, mientras que los mamones del dinero grande siguen chupando del bote a pleno sol.