Abróchense los cinturones

Madrid

Es 7 de enero de 2015. Se acabó la Navidad y empieza una larguísima campaña electoral que nos va a ocupar un año de nuestra vida. Empieza ya el 25 de enero con las elecciones griegas que se van a vivir en toda Europa como un test a la austeridad y un test a la calidad democrática de la Unión europea. Seguirá el Reino Unido en mayo y su amenaza de adelantar el referéndum para salir de la Unión. Y ese mismo mes nuestras autonómicas y municipales. Hoy mismo, los principales partidos se despliegan ya con preparativos que vamos a contarles en seguida. Y culminará por fin con las generales españolas a finales de 2015 o comienzos del 2016.

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Aquí, los discursos de Navidad han servido para constatar que, más allá del triunfalismo del gobierno, el diagnóstico sobre nuestra realidad es muy compartido. Del Jefe del Estado hasta Podemos, pasando por todos los partidos del arco parlamentario, menos el PP: parece que una inmensa mayoría está de acuerdo más o menos en que … mejoran datos de la macro-economía pero nuestra recuperación es tan frágil y dependiente y sobre todo va a un ritmo..., que necesitaríamos casi una década para volver a los niveles de empleo previos a la crisis. Y el empleo que se crea es temporal y precario.

Bien, todos de acuerdo. Ahora a ver quién hace en este larguísimo año electoral, la propuesta más creíble para que esa década se reduzca la mitad, baje el paro antes y mejor y no dejemos a una generación en la estacada. Y todo eso en un mundo en profunda transformación por la tecnología y en el marco de lo que Michael Ignatieff llama el nuevo Desorden internacional.

Habrá que ver también en España quien hace la oferta más creíble para limpiar las instituciones y devolver a la política su prestigio y su lugar.

Señores, empieza el carrusel electoral. Escucharemos atentamente.

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