Solo les sirve la obediencia del lacayo

Madrid

Hay que ver qué mala suerte tiene el PP con los togados, ya sean jueces o fiscales. Una injusticia, porque es de admirar cómo se preocupan las fuerzas vivas de la derecha por llenar y rellenar cualquier hueco que quede para meter en Salas, Audiencias, Fiscalías y presidencias de organismos judiciales a sus más fieles seguidores, con muchos años de servicio a la causa. Pero un día se cansan de ser tratados por los ministros, la vicepresidenta o el propio Rajoy como los nobles trataban al servicio. A ver usted, Fiscal General, ni se le ocurra hacer esto o lo otro. Tengan ustedes cuidado, señores jueces, en liberar a quien yo no se lo autorice.

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El Mundo lo tiene claro: “La dimisión del fiscal general golpea la credibilidad de Rajoy”. En Abc se han enfadado mucho con Torres-Dulce y han decidido añadir sin rubor alguno el insulto a la felonía. Escuchen un párrafo del editorial: “El problema de Torres-Dulce nunca ha sido la intromisión del Gobierno de Rajoy, sino su falta de carácter”. O sea, que era un blandengue, cuando lo que ahora necesitan son legionarios de pelo en pecho, que la batalla se presenta encarnizada.

Y 13 de los 18 magistrados de la Sala de lo Penal del Supremo le han dicho al Gobierno que están hartos de sus injerencias.

Lacayos, eso es lo que quieren.